Ich-Chi (Kostas Marsaan, 2020) – 87 min. –

Sinopsis: En una casa aislada en mitad de Yakutia (zona noroeste de Rusia, en plena Siberia) el hijo mayor ha vuelto a casa para tratar un tema importante con la familia. Pretende vender la finca para pagar unas deudas. Esto generará una ruptura en el seno de la familia, el hijo mayor es un perdido, el menor esta demasiado conectado a la tierra y el padre lo sabe. La madre intentará mediar y la familia de hermano mayor observa en silencio la situación.

Hasta aquí tendríamos una muy bella historia costumbrista con un final trágico probablemente. Esto nos llevará más o menos la mitad de la película.

Añadiremos por encima misticismo ruso, con referencias a sus espíritus naturales, la presencia de Ich-Chi, el espíritu que protege de los malos espíritus. Y un inútil incompetente que probablemente no hace nada desde la muerte del comunismo.

Como esto solo daría un toque más de color por encima nos traeremos también un espíritu malvado, un reverso tenebroso que se dedicará a torturar a la familia para destrozarlos. De forma eficiente, porque como ya deberíamos saber, el lado oscuro es más eficiente y tiene sombra.

Es una cinta demasiado fraccionada para funcionar, la parte mística se vuelve muy caótica, requiriendo demasiado flashback y explicación como para que conectes con ella, por desgracia arruinando el sabor que teníamos hasta el momento.

Una lastima, un plato que no ha sabido combinar buenos ingredientes, ya que por separado todo tenia muy buena pinta. A veces las macedonias no funcionan.

La escena: El momento de la muerte del padre y la sincronía

La frase: «El espíritu de la tierra sabrá en todo momento dónde estamos. Vámonos al agua».

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2020

Nota del autor:

4,0 ████ (Mediocre) 

TRÁILER V.O.:

 

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente