Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumiia (Radu Jude, 2023) – 163 min
Do not expect too much from the end of the world (Título internacional)
Angela trabaja de prácticamente chica de los recados en una productora audiovisual de Rumanía además de ganarse algún extra como conductora de Uber. Está trabajando en un video sobre riesgos laborales para una gran empresa internacional, conduciendo de aquí para allá sin descanso para visitar a posibles protagonistas, víctimas de accidentes para salir en el anuncio.
Esta película juega en sus dos primeros tercios a intercalarse con escenas de una comedia romántica rumana del año 1981 llamada Angela merge mai departe. Una historia que trata sobre una taxista que intenta superar su ruptura con un hombre alcohólico y encuentra de nuevo el amor. En el metraje que nos ocupa tenemos a una envejecida Dorina Lazar (protagonista de la película de los 80), que hace podría decirse el mismo papel, mostrándonos el futuro de su personaje.
Nada más ver la mesilla del primer plano de la película podemos hacernos una imagen de Angela que va confirmándose en los minutos siguientes y en toda la cinta. Una persona que está de paso en todas partes, que es una invitada con poca implicación incluso en su propia vida y se entrega a cualquier distracción rápida.
La acompañamos en su coche, con constante música o sonidos de ambiente que impiden que se duerma en su ir y venir, en un tráfico infernal y carreteras poco seguras, siempre algo hastiada de la vida, enganchada a Tiktok, grabando videos obscenos con un filtro haciendo una especie de parodia de Andrew Tate. Con una madre mayor a la que hace de chófer una vez y un encuentro totalmente utilitario y sexual por ambas partes con un hombre bastante mayor que ella como únicos vínculos con otras personas.
A través de sus viajes entramos en muchos espacios; casas de personas humildes, grandes edificios, sets de rodaje, un cementerio… Mientras vemos situaciones que nos muestran diferentes caras de Rumanía que en muchos casos como país del sur de Europa, no nos son muy lejanos.
Vemos a una persona hastiada moviéndose por todas partes pero no siendo parte de ninguna. Trabajando a todas horas y totalmente desapegada a la que le cuesta tener una interacción mínimamente real. Vestida como si se fuera a una fiesta, nos lleva por lugares y hogares donde hay personas que aunque con sus vidas imperfectas y situaciones precarias, tienen siempre personas que les quieren a su alrededor. Personas cercenadas por el trabajo o por lo que sea que siempre tuvieron algo genuino esperando en casa, amor real, aunque no sea como en las películas.
Angela cuenta muchos chistes, suelta citas y anécdotas vacías y la película tiene su humor, su vista irónica de una realidad poco esperanzadora. Pero la frase que me hizo arrancar la mayor carcajada, la dice en serio: «quiero seguir siendo una mujer libre». Pasa toda la película quejándose de ser esclava de una profesión «guay» pero drenante y absurda. Presenciando su vida encuentro su concepto de «libertad» ciertamente curioso.
La película es en blanco y negro, las escenas del clásico del año 81 son en color, con un tono algo más peliculero y ameno. Los Tiktoks son en color, el rodaje del final es en color y las únicas otras imágenes que salen en color son las de decenas de cruces que adornan una carretera en la que hay más de ellas que kilómetros. Ella juega con la idea de que podría dormirse de que podría matarse con el coche en cualquier momento. Y en el silencio mirando las cruces, piensas: Si se queda paralítica como los que visita, ¿quién la cuidaría? ¿podría alguien poner una cruz por ella? Su anciana madre no parece tener la capacidad de hacer algo así. ¿Le recordarán por un segundo los compañeros que hablaban jocosos de la muerte de gente más importante que ella en una reunión? ¿Tienes una vida si no hay nadie a tu lado? ¿Si la entregas a la nada?
Es una película larga, interesante y que retrata bastante bien cosas de nuestro tiempo. De un país a la vez cercano y lejano al nuestro. Del trato que se da a las personas sencillas y a los países sencillos por ciertos sectores y países. Del vacío existencial y de las tonterías que puedes creerte mientras te pones tu solito la soga al cuello.
Tiene un momento muy friki en el que sale Uwe Boll rodando una película ficticia que se menciona más veces en diálogos durante la historia. Es una película curiosa de mano de Radu Jude del que ya vimos Un polvo desafortunado o porno loco (2021).
Distribuida en España por FILMIN
Vista con pase de prensa online
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
La película está en FILMIN desde el 19 de julio de 2024
TRÁILER V.O.: