Pequeñas experimentaciones (2022): Surtido de pastas, surtidos de cortos

En Pequeñas experimentaciones nos encontramos con una selección de cortometrajes de distintos países y duración que cumplen una sencilla (aunque complicada) premisa: convertirse en una estimulación audiovisual que alimentará nuestra imaginación y harán florecer nuestros sentimientos siendo la totalidad de ellos de carácter afable.

Debido a la naturaleza de ellos: carentes de diálogos y con duraciones tan dispares como de 1 minuto a 13 minutos, contar las sinopsis sería más o menos un crimen (aparte que muchos de ellos carecen de la típica estructura de: presentación, nudo y desenlace). Aparte que arrebataríamos al espectador precisamente eso… que experimente (véase disfrute de ellos). Es por ello describiré las sensaciones que me ha transmitido cada uno de ellos sin describir sus tramas si con ello se destruye la naturaleza del corto. Vamos allá con ellos:

Tiger (Kariem Saleh, 2016) – Alemania (4 min): Toda una ternura de corto, donde un pequeño tigre que vive en un plato tiene hambre justo en el momento que un niño de escasos años va a poner su comida. Me encanta la interacción de animación – stopmotion – imagen real. Un corto que nos llevará a nuestra infancia donde todo era posible.

Lost Train (Isabelle Favez, 2021) – Suiza (6 min): Me ha encantado el concepto que juega este corto que usa la animación clásica en 2D, donde los estornudos de un cocodrilo urbanita hace que los objetos cambien su naturaleza (por ejemplo una tostadora emita luz, una lámpara saque tostadas, etc) y poco a poco lo que parezca una extrañeza acabe siendo un mundo nuevo. 

Mitch Match (Géza M. Tóth, 2022) – Hungría (3 min): Simplemente genial en su simpleza, a partir de cerillas -y con únicamente cerillas- se plantea la actuación de un mago, sus increíbles números, las reacción del público, etc… Si miramos fríamente solo veremos trozos de cerillas moviéndose en stop motion pero nuestra imaginación verá perfectamente palomas, espadas, asistentes, etc… ¡una genialidad! Luego al documentarme sobre él mismo descubrí que lo que hemos visto pertenece al episodio 2 de una serie, así que estoy expectante por ver el resto.

Luce y la Roca (Britt Raes, 2022) – Bélgica (13 min): Luce es una risueña niña que vive junto con su madre en una pequeña aldea. Donde su monótona vida se ve alterada por una enorme piedra que se desprende de la montaña y que posteriormente descubren sus habitantes que tiene vida propia. Bellísimo corto de animación en 2D que tiene un fuerte carácter de cómic, es más en varias ocasiones la pantalla se transmuta en viñeta. Con una historia que vista desde el punto de vista de un niño parece la fábula entre la comprensión/aceptación del extraño que aparece (gigante y destructor involuntario cual Gulliver en Lilliput) y solo una niña intenta comprenderlo. Llevarlo a su hogar y descubrir que el «hogar» es aquel lugar donde te sientes querido. Un viaje donde ella donde ella descubre un nuevo mundo que va más allá de su zona de confort […] No puedo evitar mirar la historia como una «particular pesadilla» (con la mirada adulta y con bastante humor negro): en el que una aldea donde occidentales, orientales, latinos son regidos por una musulmana (las protagonistas llevan un hiyad/chador), donde las únicas palabras que se dicen en todo el día es «buenos días» y «buenas noches», que viven en casas casas cápsulas donde apenas pueden estirar los brazos, donde aparece un gigante de roca con mentalidad de un niño que destruye todo y no para de babear oro (del cuál nadie le interesa), un lugar sin niños, un lugar aislado por montañas y ríos… vamos, el sueño de cualquier secta. […] Coñas marineras aparte es un cortometraje que se deja ver y se hace amenamente hipnótico.

Damn it! (Elena Walf, 2021) – Alemania (1min): un «homenaje» a un sketch del Coyote y del Correcaminos de los los Looney Tunes. Me dejó indiferente.

Of wood (Owen Klatte, 2022) – Estados unidos (6 min): ¡Una maravilla para los sentidos! Técnicamente impresionante, la técnica que usa lo denomina Stop-cut film (es decir stop motion pero mediante el proceso de tallar/rebajar la madera). Así de un tronco enorme y áspero se va convirtiendo en sí en maravillosa historia -con cargas de profundidad-, como si de una cebolla le quitáramos capas y las capas forman formas que construyen el relato. Una técnica maravillosa que usa los nudos de las maderas y sus betas para adaptarse al «estilo narrativo». No pude evitar recordar al animador ruso Aleksandr Petrov que hacía este particular stop-motion usando cuadros de óleo que se metamorfoseaban.

Where Do they come from? (And where do they go?) (Christen Bach, 2021) – Alemania (4 m): Todo un desfile de coches locos con diseños molones y corte claramente infantil (bueno el último piloto, juraría que tiene cara de pene). Al final de los créditos (y tirando un poco del hilo) caigo en la cuenta que forma parte de una serie en desarrollo llamada Joon-Bird & Hippo. Lo que me llamó la atención es que a pesar de estar hecho de animación 3D, emulaban a pequeños trozos de plastilinas amontonados unos sobre otros y dando sensación de que todo estaba creado por niños.

Goda sardze (Guard of honour) (Edmunds Jansons, 2021) – Letonia (6 min): Este junto con el último sería la excepción a la regla sobre la carencia de estructura presentación-nudo-desenlace así que podemos hablar un poco de la historia sin apenas contar demasiado. En una bulliciosa ciudad todo gira alrededor de su particular arco del triunfo esculpidos de héroes y de unos guardias que custodian de forma estoica aquel monumento. El único momento que se paraliza la ciudad es cuando se realiza el cambio de guardia […] El corto es todo una satírica hacia el rito, a la solemnidad y a la creación del verdadero héroe. Todo un mini compendio de humor privado. No he podido evitar pensar que los guardia y parte de los diseños que encontramos en esta animación en 2D tienen reminiscencias picasianas (tanto en forma como en color).

Paolo’s Happiness (Thorsten Drœssler, Manuel Schrœder, 2022) – Republica Checa (10 min): Es posiblemente dentro de la selección el corto con una historia (cuento) más bella, cargada de simbolismo, de ternura y una moraleja un poco dura. Realizado por la hermosa -y sacrificada- técnica de plastimación, contándonos este stop-motion la historia de Paolo, un habitante de una aldea remota, que vive manteniendo un pequeño secreto: sus lágrimas de alegría hacen florecer unas especies de amapolas que alegran quienes respiran su fragancia. Esto lo debe llevar en secreto porque ya sabemos cómo es la humanidad y la codicia que siempre está bien afilada (por no decir el acaparamiento de todo lo que haga al otro feliz). Pero claro, un secreto no deja de ser un secreto si este nunca sale a la luz… y este buen tipo se convierte en el objeto del deseo en la aldea, y las autoridades y vecinos lo convierten en poco menos que una estrella mediática. Y claro, esto no es la felicidad […] Como he dicho, un tierno cuento que nos enseña la naturaleza de la búsqueda de lo que nos hace feliz y que los sustitutos a la larga no consiguen nada, y las tentaciones menos…. y el ser asocial es lo mejor para ser feliz (risas malévolas).

En resumen, Pequeñas experimentaciones es un ameno juego de cortometrajes que nos hacen explorar partes de nuestra imaginación, recuerdos y sentimientos. Que a pesar de no estar bien equilibrado en la selección consigue que su visionado se te haga ameno. Y también debido a su heterogeneidad y a la corta duración de los mismos, hace que lo veas como una hermosa caja de pastas donde siempre tendrás tus pastas favoritas y otras no tanto, pero que al final acabarás comiéndotelas todas sin dejar un mal sabor de boca.

Vista en FILMIN dentro del Festival L’Alternativa 2022