Monolith (Matt Vesely, 2023) – 95 min. –
Una mujer, antaño reportera de éxito, reconvertida en podcaster, después de un escándalo en su último artículo. Empieza su andadura como podcaster destapando una conspiración mundial relacionada con un ladrillo negro.
Película de factura australiana que bebe de La guerra de los mundos de HG Wells (del serial radiofónico montado por Orson Wells) y de una película que me encanta llamada Pontypool (donde un comentarista de radio descubre y retransmite una plaga zombie).
Historia que se sustenta en la tensión generada por la narración en sí y el hecho de no estar viendo nada. Sólo escuchar una voz que nos susurra directamente al cerebro la historia que queremos oír, que no tiene que ser necesariamente la que esta ocurriendo.
Protagonizada por Linda Sullivan (la habréis visto en la ultima película de Evil Dead), que encarna a una reportera de radio, caída en desgracia por una entrevista con fuentes “poco verificadas”. Ahora podcaster y desde la tranquilidad de su solitario hogar intentara llevar adelante un programa de radio que nos recuerda mucho a la nave del misterio de Iker Jiménez.
A razón de su desesperación por encontrar un tema atrayente del que hablar, y ante el típico “bloqueo del escritor”, inesperadamente encontrará una veta de información, en la forma de un tocho (un ladrillo vamos) de la cual extraerá una veta que lleva a su programa a la cima.
Ante nosotros tenemos una idea sencilla, que bien podríamos haber escuchado un día cualquiera en nuestros podcasts habituales. Una historia intrigante, con múltiples hilos con los que podemos conectar. Un trasfondo conspirativo sobrenatural que bien podría ser real. Mucha gente diciendo que conoce a alguien que conoce a alguien.
Lo genial de esta historia es cómo esta narrada. Con lo que nos aporta inicialmente, en la vida real la descartaríamos sin muchos miramientos, con un “sí, claro” y pasaríamos a otra cosa. Pero aquí, en solo 90 minutos el director nos quiere hacer creer. Y en cierto modo consigue que tengamos interés por un simple tocho que bien podríamos haber cogido de la calle.
A través de conversaciones telefónicas, mensajes de email narrados y nuestra protagonista, que hace un gran papel, todo sea dicho, haciendo que esta historia sea atrayente y se vaya desplegando con las múltiples capas e implicaciones. Una conspiración, un misterio, una verdad por desvelar. Y nuestra audaz (y obsesiva) podcaster, estará allí para desvelarla.
Manejando muy bien el ritmo, con ayuda de las reacciones de nuestra actriz, que irá cayendo en el pozo de la obsesión. Que irá aportando retazos de información a nuestro cuento, aumentando su complejidad y escala.
Un tema que aprecio de la película es que el director, además del misterio, eje conductor de la historia, se permite tener un par de aportes sobre la sociedad.
Siempre se dice que no debes creerte nada, especialmente si viene de internet. Pero el ser humano es crédulo por naturaleza. Quiere, necesita creer en algo. Y si se empieza a crear una historia, a la que podemos conectarnos, sea por hechos empíricos o emocionales, con el más mínimo hilo, intentaremos creerla, ya que queremos formar parte de la historia. Necesitamos ser parte de ese colectivo. De esa gente que sabe la verdad. No ser parte de los iluminados te deja en la oscuridad. Y nadie quiere eso.
Es especialmente perturbador que se muestre lo fácilmente que la gente necesita llenar huecos existenciales con cualquier tontería. Y se la creen. Y defenderán esa “verdad” como sea.
Otro detalle que me encanta es ver las reacciones de los fans ante el espectáculo. Cómo la gente por el hecho de consumir un producto, de idolatrar a su productor, al que da de comer a los animales con miguitas de información, ficticia o no, se creen con el poder de opinar y que su opinión sea relevante. Empezando a proyectar sus emociones, rabia, ira, amor, sobre una persona que no las ha pedido, ni las necesita. En lugar de mostrar agradecimiento por la comida, o rechazo y entonces dejar de comer, prefieren atacar, herir a aquellos que se la dan.
Tenemos ante nosotros un film muy bien montado, interesante, de buen ritmo. Con reminiscencias a otras grandes películas que ya he mencionado. Un thriller conspiranoico/sobrenatural de bastante buen gusto.
Sólo tengo para quejarme de esta historia el final, por el increíble cambio que hay en toda la narración. Siempre he defendido que lo bueno de los misterios y secretos es que sigan siéndolo. Si se ha mostrado una historia basada por completo en que no se ve nada y todo está hilvanándose en nuestra cabeza, prefiero un fundido a negro a saber “la verdad”. Es cierto que es un final cruel, como me gusta y debe ser, que me recuerda a las últimas temporadas de Expediente X. Pero aún así, preferiría no tenerlo.
Y como crítica final, la novatez de nuestra protagonista. Todo profesional conspiranoico sabe, que para hacerlo bien, si tienes el típico mapa conspirativo. necesitas tenerlo surcado por centenares de hilos rojos. Todos los hilos rojos que puedas. Y llevar un sombrero de papel de plata. Eso protege contra las conspiraciones, y los malos espíritus y seguro que contra hacienda. Así acaba todo.
Muy interesante si te gustan los tochos de miles de capas o ver gente hablando a un micrófono.
La frase: «La verdad saldrá a la luz».
La escena: El momento en que empieza a ver cómo su conspiración se derrumba con el último video.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2023
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
TRÁILER V.O.:
