Sound of violence (Alex Noyer, 2021) – 94 min. –

Sinopsis: Una chica que debido a un accidente tiene un problema timpánico que la va dejando sin audición a intervalos y que sobrevivió al trauma familiar de perder a sus padres (en lo que se puede decir que ha intervenido) esta finalizando sus estudios de conservatorio musical. Pero como rápidamente se averiguará es un talento muy desperdiciado.

Explorará la posibilidad de crear música a partir de la violencia ejercida sobre cuerpos humanos. Algo que descubrirá todo un nuevo mundo de ritmos y sinfonías que explotara a partir de su sinestesia. Que le producirá experiencias orgásmicas a partir de dejarse llevar por esa vibración musical

Podríamos considerarla una de las slashers más originales de la temporada, creando su master opus a partir de una carrera salvaje de asesinatos. Una genio y virtuosa que entre sus habilidades se encuentra la farmacología, ingeniería y teoría musical. Realmente una mujer desperdiciada trabajando como becaria. Lo peor es que pienso que es algo muy realista en este mundo laboral actual.

Primera película del director, Alex Noyer, esta resuelta con mucho acierto. Tiene buen ritmo y consigue atraparte desde el principio, no guardándose la caña para el final.

Las escenas de violencia están muy bien rodadas, siendo algo casi estético y artístico en lugar de algo más horrible. Reforzado por el hecho de que nuestra protagonista no quiera ver nunca el acto, más interesada en el producto musical del mismo.

Las escenas de sangre son muy interesantes y van mejorando a medida que nuestra protagonista va ganando experiencia en su proyecto.

Solo le achaco que obliga a hacer una suspensión de la incredulidad muy grande, ya que no solamente hemos de creernos que nuestra protagonista es una pequeño genio con miles de habilidades sino que no tiene ni el más mínimo ápice de instinto de autopreservación, lanzándose en una carrera homicida musical sin apenas hacer un esfuerzo para cubrir su rastro.

Personalmente le haría un recorte de 10 minutos, eliminando toda la parte de la investigación policial, pues no aporta nada y desde el principio se ve como va acabar nuestra historia. Así la historia sería mucho más impactante.

Tiene detalles de calidad muy interesantes, para lo mal que podría haber salido, como por ejemplo la escena inicial de bdsm, tratada desde el respeto y conocimiento (no como la chabacanería habitual), más centrados en su seguridad de los participantes que las necesidades de la protagonista.

Durante un rato largo de la película estuve pensando en que una interesante propuesta habría sido finalizar la peli con el hecho de la protagonista investigando los caminos de autoinfringirse la violencia, como una suerte de masturbación sangrienta. Por desgracia no se ha explorado ese papel, que en Sitges habría sido muy bien recibido.

A nivel sonoro, tanto banda como efectos, la película esta muy lograda, siendo su principal reclamo en un rodaje que habla del sonido. A nivel estético hay bastante detalle. Se nota que el director provenía del mundo de los anuncios y cortometrajes anteriormente.

El trabajo de la actriz protagonista es muy bueno (Jasmin Savoy Brown, no he visto nada suyo, pero podréis conocerla en las series The Leftovers y For The People), haciendo creer ese descenso a lo salvaje que sufre. Una suerte de Da Vinci totalmente poseída por su camino en busca de la percepción. Llegando a que empatices con ella, más por comprender que le pasa que por aprobarlo. Me encantan sus expresiones de ensimismamiento, cuando se pierde en su arte. Delicioso.

La escena: El concierto de arpa. Música y sangre entremezcladas de una forma virtuosa.

La frase: «No dejaremos que sea en balde» (la ejecución, por supuesto)

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2021

Nota del autor:

7,0 ███████ (Buena)


TRÁILER V.O. :

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente