Wild at Heart (David Lynch, 1990) -125 min-

Dirigida y escrita por David Lynch, esta película es con mucho una de las más convencionales y sencillas del realizador norteamericano, junto a la cinta que dirigiría en 1999, Una historia verdadera. Aquí, el fabuloso, mágico, onírico y a veces desquiciante espíritu surrealista y abstracto del director no abarca más terreno que el de la insinuación, lo indirecto o los pequeños homenajes que el realizador brinda a su propia figura, con la inclusión en el metraje de impactantes detalles “de la casa” que nos hacen recordar el nombre del culpable de la elaboración de esta película. Alrededor de lo citado, que podemos denominar como el “sello Lynch”, nos encontramos con el resto del film, que si bien como ya he mencionado navega entre aguas bastante transitadas, lo hace siempre con la perfecta técnica que generalmente envuelve todas las producciones del estadounidense, en las que interpretaciones, guión, banda sonora y fotografía se fusionan con maestría para ofrecer cada escena como un buen lienzo cargado de detalles, misterio, belleza y total falta de complejos.

 

Resulta muy de agradecer encontrarse directores tan minuciosos, detallistas, cuidadosos y amantes del arte, como el cineasta que dirige la cinta aquí comentada, que extiende las fronteras de su espíritu artístico siendo además de realizador de cine, pintor, músico, fotógrafo y diseñador de mobiliario. Este carácter tan ligado al expresionismo prácticamente “obliga” a David Lynch a ofrecer todos sus productos (ya sean de mayor o menor interés) bañados con la perfección aportada por un creador y un incansable artista.

Pero como decían del mítico futbolista Zinedine Zidane cuando estaba en los últimos años de su carrera (y que nadie me malinterprete, que no estoy insinuando nada, pues los ’90 fueron además uno de los momentos cumbre de Lynch), el menor chispazo o detalle de calidad de aquel magistral jugador era igual o mejor que el total de muchos de los mejores compañeros suyos de entonces. Así es Corazón salvaje, que no es de las mejores cintas de David Lynch pero iguala o supera el contenido de muchas producciones de un buen puñado de reconocidos directores de cine, dando como resultado una buena película.

El argumento de la misma se centra en Sailor Ripley (Nicolas Cage), una especie de macarra que viste con una horrorosa cazadora de piel de serpiente y dibuja en torno a su figura un grotesco personaje que sólo ofrece de su vida un repertorio de secretismo que iremos descubriendo a medida avance la película. Condenado por homicidio, sale de prisión al serle concedido un permiso provisional, con el único objetivo de escapar, incumpliendo su sentencia para empezar una nueva vida en otro lugar junto a su adorada novia, la exuberante Lula Fortune (Laura Dern). Pero Marietta (Diane Ladd), la madre de ésta, no aprueba la relación, y demuestra la mencionada situación de una forma radical, casi enfermiza. Por ello, contrata los servicios de un matón profesional, Marcelo Santos (un buen J.E. Freeman), quien empezará a tejer una tela de araña para devolver a Lula a los brazos de su madre y, a su vez, borrar del mapa a Sailor Ripley.

Presentada como una “road-movie” por su carácter viajero y lo característico de este admirable subgénero que siempre depara sorpresas a través de la carretera, bien en forma de inesperadas situaciones o de pintorescos personajes, la película está interpretada correctamente por un sólido aunque exagerado Nicolas Cage, siempre con escenas cargadas de histrionismo de las que él es maestro y una buena Laura Dern “Inland Empire” (2006), que basa el interés de su personaje en la infinita sensualidad que transmite y la admirable lealtad que muestra a su pareja en esta historia. Diane Ladd “El precio de la ambición” (1991), que es la madre en la realidad de la recién citada Laura Dern, hace el papel de la ya mencionada Marietta, dotando a su personaje de una chirriante e histérica personalidad magistralmente adaptada que hace de su rol uno de los más interesantes y destacados de la película, siendo confirmado este hecho con una nominación al Oscar, la única que obtendría esta película, que fue estrenada apenas unos meses después de la inolvidable serie de televisión “Twin Peaks” (1990-1991), también obra de David Lynch. Willem Dafoe hace una notable aparición en el metraje con el personaje de Bobby Perú, un rocambolesco delincuente que la fugitiva pareja se encuentra en un motel de carretera. Del resto del reparto también resaltan los trabajos de Harry Dean Stanton “París, Texas” (1984) como Johnnie Farragut e Isabella Rosselini “Terciopelo azul” (1986) con su estelar personaje de Perdita Durango. Se agradecen las breves apariciones de Sherilyn Fenn y Sheryl Lee.

La banda sonora está realizada, por supuesto, por el genial compositor Angelo Badalementi (inseparable de Lynch), quien combina preciosas partituras clásicas con melodías de jazz, con temas como el inmejorable “Dark Spanish Symphony”, que invita a la esperanza desde una melancólica perspectiva, con un olor fuertemente español que ya se adelanta en su propio título, y el característico jazz “Cool Cat Walk”, réplica, extensión o clamorosa similitud del “Dance of the dream man” que el propio Badalementi compuso para “Twin Peaks”, convirtiéndose dichos compases en unos de los más característicos de la serie junto al tema principal. Alucinante la inclusión del «Im Abendrot» de Richard Strauss.

Con todo lo citado, decir que lo que nos encontraremos es con un gozoso y tradicional viaje de fugitivos que persiguen el amor y la evasión de sus vidas anteriores, siendo ellos perseguidos por la muerte o el infortunio dentro de un conjunto en el que se respira normalidad, pero que escapa de la misma por una admirable técnica que la acompaña y por ese inconfundible ritmo trepidante del subgénero de las road-movie, que aquí se envuelve de cierta paz, llena de inflada reflexión y de un entretenimiento grandioso que en ocasiones cede el paso a pequeños y breves elementos surrealistas que el director incluye en la cinta con la finalidad de no faltar a su cita con el sello propio.

Da la sensación de que Nicolas Cage se inspiró ligeramente en esta película (al menos en lo que se refiere a la parte rodada en Nueva Orleans) para realizar su primer film como director, “Sonny” (2002), que comparte en común varios planos, ubicaciones y su peculiar ambiente.

Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)

 

TRAILER VO:

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COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE

Miquel Alenyà
“El film es una amalgama de géneros: crimen, drama, romance, thriller y comedia. La narración contiene imágenes sorprendentes, personajes raros, planos desagradables, interrupciones explicativas, avances y retrocesos (“flashbacks”) y escenas impactantes. Crea una atmósfera inquietante, extraña e incómoda, que envuelve a los personajes y al espectador. Describe un mundo hostil, violento, turbio, sórdido, enloquecido y enfermo. Tienen importancia diversos episodios que subrayan el carácter salvaje del mundo […] Incluye escenas de sexo, referencias al fuego, citas de Elvis Presley y recuerdos de la versión fílmica de la fábula “El mago de Oz”, que el relato recuerda vagamente […] La música ofrece una partitura original, de Angelo Badalamenti, briosa y perturbadora […] La fotografía subraya el acento trágico y absurdo del mundo. El guión, del propio realizador, escrito en 6 días y complementado con improvisaciones y aportaciones de los actores (la chaqueta de piel de cocodrilo es una idea de Nicolas Cage) delata imaginación, fantasía, capacidad de improvisación y una cierta infravaloración de los errores de fondo y forma […] Película polémica, que convierte mirar desde la distancia, con el ánimo más abierto a las emociones que a la razón. Contiene destellos de buen cine […]” Nota: 7.

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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