Persischstunden (Vadim Perelman, 2020) – 127 min. –
Persian Lessons (Título Internacional)

Sinopsis: Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, tras la caída de Francia, un joven judío es capturado por las SS. Frente a un comando de la muerte, escapará de su destino haciéndose pasar por persa. Pero como el karma es un amante cruel, acabará con sus huesos en un campo de concentración donde su destino estará atado a un capitán de las SS, al cual enseñará un idioma que no conoce. Mientras el este agradecido, evitará su cruel destino.

De inicio los mal pensados vaticinaremos un drama, largo y pesado, hablando de lo humano y lo divino, tratando el horror y el drama asociado a uno de los momentos más terribles de la historia de la humanidad.

No amigos míos, ante nosotros tenemos dos piezas que danzan en perfecta armonía: el drama derivado de empatizar con monstruos y la mayor troleada de la historia de la humanidad.

Esto se puede conseguir gracias a una muy cuidada historia, donde todos los personajes están desarrollados (siendo el que menos nuestro protagonista). Cada uno de ellos tiene sus puntos luminosos y sus miserias. Desde una historia de celos, la búsqueda de reconocimiento a un simple sueño a realizar tras la guerra. Cada uno de ellos tiene un pequeño punto redentor, algo que lo acerca al espectador, llegando a interesarte por su devenir e incluso empatizando con ellos.

Empatizar con monstruos que están llevando a cabo una de las mayores masacres de la historia de la humanidad, este es el punto fuerte de la película. Al destinar minutos de gloria, o infamia según toque, crea seres humanos delante de la cámara. Alguien que perfectamente podrías conocer en tu día a día y que solo debido a que han deshumanizado por completo a su rival están haciendo lo que están haciendo.

El otro elemento que conforma esta joyita es la gran interpretación de los actores. Especialmente la del capitán alemán que protegerá a nuestro protagonista. Un simple cocinero cuyo único sueño es escapar de este momento pesadillesco para montar un restaurante en Teherán, para lo cual necesita aprender farsi y ahí entrará nuestro “profesor”.

Sus cambios de humor, sus gestos, el momento en que se relaja y confía sus sentimientos, ese actor, Lars Eidinger, sense8 (2015-2018), es un genio, que llega a conseguir que te impliques en su destino, sabiendo mal sus desventuras e incluso comprendiendo porqué es un miembro de las SS. El cómo pasa de un momento en el que refleja sus taras mentales (obsesión, fijación por la pulcritud, desconfianza, falta de autocontrol…) a otro en el que muestra su luz (protector, agradecido, comprensivo, buen sentido del humor) es algo sublime.

De hecho, se come la película él solo, desbancando al protagonista.

Transforma el drama de la Segunda Guerra Mundial y especialmente el de un campo de trabajo, con un protagonista que sufre y vive con miedo cada minuto de su vida allí. En un trasfondo en el que nos narra que no solamente los que están en las celdas son prisioneros y que aquellos que profesan fanatismo y obediencia hacia un totalitarismo verán desgraciadamente que este nunca les corresponde.

Hablando del protagonista (que lo interpreta Nahuel Pérez Biscayart), gracias a él se intentará cambiar el eje de la verdadera historia a una en que se intenta reflejar que las buenas acciones son recompensadas. Y que el destino, aunque cruel y haga sufrir sin límite, siempre compensa. Toda la historia está plagada de estos pequeños elementos. Se intenta trasmitir la enseñanza de que hay que aguantar. Aunque pierde verosimilitud si la analizas un poco (acaso el resto del campo no merecen vivir? Él tampoco es un dechado de virtudes), dejándonoslo en alguien tocado por la fortuna. Y como decía un buen amigo “el karma nunca te ayudará, pero siempre está ahí para hacerte pagar” y vaya si lo hace, lo que llega a sufrir nuestro personaje principal.

Pero una historia de este estilo tiene un limite. Ante el sufrimiento interno del personaje, y la gran actuación del capitán alemán, este se lleva la partida. Haciendo que nuestro “profesor” sea el que te arranque las sonrisas con sus ocurrencias.

A nivel banda sonora, también es un elemento muy cuidado, que llega a tocar bastante. Adecuado para una película sobre sentimientos y desesperación.

Basada en la novela Erfindung einer Sprache (la creación de un lenguaje) de Wolfgang Kohlhaase, no he encontrado si se ha llegado a editar en castellano.

La frase de la película: «No eres un asesino, solo te encargas de que los asesinos coman bien».

La escena de la película: La conversación en la que Klaus se abre y explica su vida.

Distribuida en España por AVALON
La película está en CARTELERA desde el 22 de enero de 2021

Nota del autor:
8,0 ███████ (Muy Buena)

TRÁILER:

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente