Le dernier voyage de Paul W.R. (Romain Quirot, 2020) – 87 min. –
The Last Journey of Paul W. R. (Título internacional)

Sinopsis: Un nuevo planeta ha aparecido en la vía láctea. La humanidad se ha afanado en volar hasta él y recuperar un mineral que ha revolucionado la ciencia de la humanidad. El Lumina, una suerte de elemento hiper energético que ha apartado cualquier otra fuente de energía.

Por desgracia el minado ha «enojado» al planeta (y como consejo, nunca hagáis enfadar a un planeta, especialmente si es rojo, esos comunistas tienen el corazón lleno de odio) y éste se dirige en un rumbo de colisión para presentar sus quejas a la humanidad.

Sólo una misión tripulada por Paul W.R. puede salvar lo que queda de la humanidad. Por desgracia Paul parece no muy acorde con embarcarse en una misión suicida con un dispositivo nuclear como ofrenda de paz.

Ante nosotros tenemos una película franco belga aceptable. Una suerte de road movie pre y post apocalíptica (el mundo se ha ido al carajo, pero lo mejor esta por llegar). Con un inicio narrado con dibujos infantiles que nos habla sobre el tono de la misma.

 

Nuestro protagonista se embarca en un viaje de autodescubrimiento por el desierto con la humanidad (o mejor dicho la «ciborgidad») pisándole los talones. Disparando a matar para que él vaya a salvar la humanidad -tal vez el uso de otro tipo de proyectiles deberían planteárselo-.

Un ambiente y escenario muy bien logrados, transportándote al ambiente de Mad Max fácilmente, recordando y mucho al de aclamado videojuego Fallout, especialmente en el uso del armamento y el aspecto de los cyborgs.

Buena banda sonora, que acompaña el ambiente lánguido del largometraje perfectamente. No tenemos ante nosotros una película de acción, más sobre el viaje sentimental del protagonista, de la aceptación de su destino tras comprender su pasado. Es lenta, sin llegar a hacerse aburrida, al ser corta evitará el riesgo de echar el ambiente por tierra. Buena para pasar un rato, pero no la volvería a ver.

Siendo producción belga, habrán elementos sutiles que recordarán a Tintín o no tan sutiles, como el cohete de Tintin va a la luna, como vehículo para visitar el planeta.

Y qué planeta señores, como si Marte se hubiera llenado de esteroides y viniera a por nosotros. Recordando al planeta «Ego» de Marvel, un planeta que va surcando el espacio con una órbita determinada por el mismo. Que ha decidido reaccionar a todo acto con y contra él: «Me habéis herido, os mato. Habéis enviado sondas, me enfado y no contesto con mi escudo magnético. Enviáis una misión con una bomba, os la devuelvo en forma de hermano poseído».

Siendo el hermano poseído nuestra némesis en la película (una suerte de telépata con ideas maravillosas en la cabeza), que nos depara escenas divertidas al interactuar con el resto de la humanidad.

Muy recomendable si te gusta ver películas con filtro de color rojo, con gente que no se ha lavado en la vida -pero aun así se tiñen el pelo- y todo el catalogo de rifles de Nerf pintados de negro (cuanto bien ha hecho la marca Nerf para el mercado de la ciencia ficción).

La escena: El momento de atravesar la tormenta. Como si hubiéramos vuelto a Mad Max: Fury road.

La frase: «Siempre han tenido razón. Estoy loco» (esta bien darse cuenta de ello).

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2020

Nota del autor:

6,0 ███████ (Correcta)

TRÁILER V.O.

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente