Inspirado en la cansina profecía de los mayas, el director Lukas Valenta se imagina un fin del mundo que arrastra a Hernán a abandonar un Buenos Aires bombardeado por meteoritos, para inscribirse en un campamento en el que se le enseñará toda clase de estrategias y habilidades para sobrevivir en un inminente mundo post-apocalíptico. Con una asombrosa ausencia de diálogo para tratarse de una película argentina (lo achacaremos a su condición de co-producción austríaca), empieza siendo una sucesión de de entrenamientos paramilitares, con cierto tono de humor seco y una fotografía oscura, que acaba por estirarse demasiado en un primer acto que casi parece olvidarse de los otros dos. Articulada como manual de supervivencia, interrumpida por pequeños intertítulos a modo de temario, la película se va dirigiendo, cuando ya apenas queda tiempo, a un cambio de enfoque, un segundo y tercer acto en los que lo importante ya no es el entrenamiento grupal, sino la ley de la selva.
El humor seco pasa a un drama igualmente seco y luego al thriller, que acaba obligándote a implorar que alguien le eche un poco de salsa al asunto. Al final, ninguno de los registros por los que evoluciona la película satisfacen plenamente a nadie, y todo acaba quedando en una historia que, aunque no se te ha hecho pesada, te ha dado igual.
Vista en PASE DE PRENSA en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2015 el 10 de noviembre, Sevilla.
Nota del autor:
3,0 ███ (Mala)
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