El drama empieza a construirse mediante unos escenarios y localizaciones pretendidamente horribles: la penuria de un boxeador retirado y arruinado, que malvive entre grietas, humedad, mugre, chatarra y todo tipo de espacios feos y descuidados, todo rodado con una técnica fotográfica, a veces casi documental, que no ayuda demasiado a embellecer las situaciones.
Peter Baláz “Koza” es un personaje real, boxeador eslovaco retirado, que se interpreta a sí mismo, rodeado de actores, en una ficción sobre su vuelta al ring, empujado por la necesidad económica. Durante escasa hora y cuarto, Ivan Ostrochovský nos mostrará las penurias que habrá de superar Koza junto a su entrenador (Zvonko Lakcevic), en crudas escenas de sacrificio físico y mental, en las que la épica de los Rocky subiendo escaleras y aporreando cadáveres de vaca no tienen cabida, que al final no son otra cosa que un hombre luchando por sobrevivir. La enorme sensación de decadencia de Koza será el hilo conductor de una película, que aunque en momentos peca, por repetición, de adormecer demasiado el ritmo, consigue mantenerse admirablemente enfocada en lo que quiere contar y cómo lo quiere contar, consiguiendo el tono homogéneo que le da toda su fuerza a la película.
Vista en PASE DE PRENSA en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2015 el 09 de noviembre, Sevilla.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
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