Arquitectura emocional 1959 (León Siminiani, 2022) – 30 min. –
Andrea siempre se sentaba en el mismo banco del campus cuando estudiaba magisterio en 1959. Su compañero Sebas empezó a acompañarla en el banco y a caminar junto a ella hasta la casa de alta sociedad en la que vivía. Tras muchos días, Sebas nunca ha querido desvelar donde vive, aunque su casa está a un largo paseo en línea recta de la suya y su edificio lo diseñó el mismo arquitecto que el de la familia de Andrea.
En este corto vemos la historia del inicio de un romance, ocurrido en otro tiempo, donde los lugares, los bancos, los paseos y los edificios, no eran solo una función sino un lugar de encuentro, de comunicación y símbolo del crecimiento de un país que se reconstruye para que todos habiten, estudien y se muevan por él. La mano del urbanismo marca cómo nos movemos, qué nos rodea, cuántos espacios comunitarios y cuántos privados tenemos y la cantidad de tiempo que pasamos en ellos.
La historia se nos narra y se nos muestra desde el Madrid de hoy, mostrando aceras y paredes que hablan. Mientras en ese Madrid actual, vemos a la pareja de antaño, moviéndose e imágenes del NO-DO para ilustrar el contexto de la construcción de los edificios, además de algunos mapas e indicaciones ilustrativas para que sigamos la historia en el espacio físico, sin el cual la pareja nunca se hubiera encontrado y reencontrado.
Representa en cierta manera, lo que imagina nuestra cabeza mientras nos cuentan una historia del pasado de un lugar, mientras estamos en los espacios donde ocurrió. A esa superposición que hacemos sobre lo actual que conocemos de la historia que guarda y ahora solo podemos imaginar y colocar en lo que tenemos delante. Esta obra, con su excelente narración, montaje y protagonistas anacrónicos a veces visibles y a veces no, nos sitúa de forma perfecta.
Una obra muy especial que merece la pena ver.
Vista en el Festival Los trabajos y las noches 2022 en los cines 7 Infantes (Logroño)
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy Buena)
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