Vesper (Kristina Buozyte, Bruno Samper, 2022) – 114 min. –

En un futuro postapocalíptico, donde el ecosistema se ha ido al carajo. Ya no hay cosechas fértiles. La joven Vesper intentara ganar su acceso a las ciudadelas, que son el paraíso prometido.

En un futuro postapocalíptico, posiblemente cercano, que mezcla unas cuantas ambientaciones distopías, nuestra joven protagonista intentará sobrevivir, en un ambiente completamente hostil. Donde la naturaleza ha decidido saltarse un par de pasos y consumir nutrientes directamente de los humanos.

A saber, el manga Alita Ángel de Combate donde detallan una sociedad separada entre una estructura arriba y abajo, con la casta dominante en el cielo (como ocurre aquí con las ciudadelas y los supervivientes, pero la moneda de cambio aquí son las semillas) y la aparición de los insectos nova. Algo de Nausicaa, con una biosfera que decididamente ha optado por quitarse a los humanos del medio (aunque en este caso, es todo flora). Un poco de Terra dei figli (por la ambientación que tiende más al barro) y por ultimo, todos y cada uno de los sueños eróticos de Monsanto. En un mundo donde no crece nada de alimento sin semillas. Y ninguna semilla permite más de una cosecha.

Menciono todas estas posibles fuentes no como crítica (es muy difícil ser original en el tema postapocalipsis y tampoco lo pido), en absoluto, sino para intentar comprender la ambientación.

De hecho esta visión Monsantil se mantiene toda la película. Siendo uno de los mensajes más importantes: con una casta (los humanos de la ciudadela), mucho más avanzados técnicamente que mantiene el control del inferior, mediante el trafico de semillas estériles. Con lo que siempre se debe mendigar por ellas. Podríamos decir que es un futuro “corporativista” donde la ciudadela hará lo que haga falta para mantener ese control sobre los supervivientes. Actualmente se dice que el oro del futuro será el agua, en esta realidad será el hecho de poder cultivar.

La ambientación, las imágenes en sí, postapocalíptica se concentrará más al principio y al final, para impresionar al espectador con unos bonitos planos de una tierra que se ha ido al carajo. Como bien dicen al principio en los créditos, por haber ido trasteando en demasía con lo que no se debe: bioingeniería. Ya se sabe, ciencia… todo mal, volvamos a los palos y las piedras, que es algo mucho más sostenible. El resto será todo bosque y fango. Una importante lección de efectismo y ahorro, establece el tono al principio y recuérdalo al final. No te hará falta nada más. Las maravillas del cerebro humano.

Personalmente, siendo lo quisquilloso que soy, es una ambientación que me gusta mucho. Con una flora, que sin ser cazadora directamente, es agresiva con la humanidad. Llevando lo de planta carnívora un paso más allá (mis favoritas, las anemonas drenadoras de sangre). Todo barro y devastación, con una humanidad que se ha tenido que limitar a rebuscar por los pocos nutrientes que puede en el barro, comiendo gusanos mayormente.

La tecnología en esta historia podríamos ponerla en el sector de la biotecnología, muy cercana al Existenz de Chronenberg, donde todo son artilugios con órganos diseñados en su interior. Abajo la tuerca, arriba la carne.

Nuestra protagonista, una niña de unos 14 años, que es maestra en bioingeniería, y no se sabe cuantas cosa más (ciencia ficción, no lo olvidemos) además de cuidar a su padre (un invalido que tiene su mente proyectada en una suerte de pepito grillo levitador que acompañará a Vesper toda la película) se dedica a estudiar posibles soluciones al problema de las semillas.

Toda su vida quedará trastocada al estamparse un transporte procedente de la ciudadela cerca de donde vive. Del cual rescatará a una mujer con extrañas habilidades. A partir de aquí tendremos la historia de esperanza, superación y obviamente, traiciones e intereses. Nada nuevo bajo el sol.

Historia sencilla, actuaciones bastante adecuadas. Remarco la de Rosy McEwen (la superviviente del accidente inicial, Camellia).

El punto fuerte de la película, por lo antes mencionado, es claramente la ambientación y mencionaré la banda sonora, que me ha gustado bastante.

La coherencia de la misma historia no cae entre los puntos que apreciaré, ya que a poco que piensas en la historia, esta se tambalea. Niñas de 14 años maestras científicas ¿qué le pasan la mano por la cara a medio planeta? ¿Soldados ultra profesionales que no tienen ni idea de la flora y fauna de donde actúan?(es una escena bastante lamentable) ¿Gente que traiciona por unas monedas, después de perdonárseles la vida y que saben lo que esta en juego? ¿Asesinos que deberían disparar sin preguntar a los que tiembla el gatillo? Y obviamente, el final. Lejos de aplicar el sentido común (aquí lo justificaré con lo de “niña de 14 años”) alargamos el metraje con 10 minutos innecesarios, solo para mostrar más mundo en un viaje ridículo.

Otra historia más sobre la miseria humana y sobre los dos mensajes habituales: Somos los causantes de nuestros problemas en un 110% de los casos y además, da igual lo mal que no lo hagan pasar. Lejos de aprender, lo que haremos es buscar a alguien para hacerle lo mismo.

Considero que es una película que me ha gustado aún así. No pasará a la historia, pero la ambientación me ha encantado. Podríamos decir que me voy con buenas imágenes a casa. Si no eres un fan reconocido del genero, yo me abstendría.

La frase: «Nunca me había sentido tan limitado».

La escena: El momento en que los soldados visitan a Jonas.

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2022

Nota del autor:

7,0 ███████ (Buena)


TRÁILER V.O.:

 

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente