Shepherd (2021): Pesadilla acosadora

Un hombre, tras la perdida de su esposa intentará superar el trauma aceptando un trabajo como pastor en una isla abandonada de Escocia. Una oferta de trabajo con unas pésimas condiciones laborales.

Película que muchos han resumido como «El faro, pero mal», pero yo diría que es otro cortometraje alargado hasta lo indecible, sin mucho sentido.

Nuestro hombre, un vago e incompetente, que no da palo al agua en todo el día (solo hay que verle como trabaja en la isla). Acepta el trabajo para tener espacio y tiempo para pensar, intentando lidiar con el trauma de haber perdido a su esposa tras un accidente de coche, junto con su hijo nonato.

Tal y como entra en la isla, verá como empieza un paisaje onirico pesadillesco, con un entorno aislado, hostil y lleno de niebla que va minando su cordura constantemente. Narrando ese descenso a las tinieblas con bastante acierto. Viendo como la normalidad es algo que se escapa. Y una vez cruzó el círculo de algas que rodeaba la isla, ya no había marcha atrás.

Desde el minuto uno veremos como nuestro protagonista se ha sumergido en un entorno sobrenatural, una suerte de purgatorio que solo busca jugar con su mente para destrozarle. Intentando inculparle de algo que el no cometió, sea para su propio regocijo espiritual, sea para intentar que el protagonista expulse todo el dolor que atenaza su alma por tamaña perdida. Como una suerte de caronte que le ha guiado a traves de las aguas del estigio.Todas y cada una de las escenas pesadillescas están bastante bien, ya que te ponen en situación y te van intranquilizando con una buena banda sonoraa, que aunque potente, no es atronadora (lo cual se agradece). Metiendo el miedo en nuestras cabezas y el temor a no entender que esta pasando.

Los paisajes que se muestran en la película tambien son algo que juega a su favor, toda esa inmensidad escocesa que contribuye a potenciar la sensación de aislamiento. Que combinada con el aspecto desvencijado de su casa se transforman facilmente en una metáfora de su estado vital. Absolutamente devastado. Pasto adecuado para que un espíritu pretenda adueñarse de su existencia.