Caveat (Damian Mc Carthy, 2020) – 88 min. –

Sinopsis: Un hombre hundido emocionalmente es contratado para cuidar de una chica que vive recluida en un islote con sus traumas. La típica chica esquizofrénica paranoide armada con una ballesta, una puntería envidiable (por lo nefasta) pero mucha motivación.

Si como oferta de trabajo no os convence es porque aun no conocéis los incentivos. Un ambiente rural maravilloso, rodeado de zorros que chillan constantemente. Un metraje de oscuridad constante, para apenas apreciar el ambiente que te rodea, centrado en una casa que sería el sueño de un manitas y la pesadilla para el equipo de reformas a lo bestia.

Como guinda final tenemos el hecho de que se os pondrá un arnés de cuero y una cadena para limitar los movimientos, no sea que vayáis a molestar a los inquilinos.

Si esto no os convence no se que más ofreceros. Si es que lo queréis todo.

Resumiendo, es una historia de casa encantada, pero no, pero si. Salpicado por un poquito de thriller.

Una historia cortita y sencilla, bastante bien llevada que solo sufre por dos hechos. Los cambios de ritmo de pero si, pero no le hacen perder fuerza y el hecho de que transcurre completamente en oscuridad, pobremente iluminada. Con lo que cansa un poco hacia el final. Aunque no deja de ser un recurso que el director usa inteligentemente.

Principalmente centrada y su fuente de fuerza son sus dos actores protagonistas. Que personalmente considero que lo hacen bastante bien. Una joven aparentemente angelical, hasta que decide que es la reencarnación de Guillermo Tell pero en mal, acosada por sus múltiples dolencias y taras mentales. Y nuestro protagonista, turbado por el hecho de no recordar parte de su vida, algo tan fuerte que le ha dejado aparentemente desconectado, a la espera de que algo le haga recuperar la vida. Tal para cual. Transmiten a la perfección todo el dolor que están sufriendo. Especialmente nuestro protagonista masculino que lleva el peso de la actuación y del sufrimiento.

Sí, del sufrimiento, principalmente auto-infringido en una carrera aparentemente suicida en busca de la autodestrucción. Ya que si hay una mala decisión que tomar, el heroicamente la tomara (bueno, no tan heroicamente). Si hay una cagada que cometer, sin dudarlo, se cometerá. Es como si fuera una carrera entre el guionista intentando salvarle y él intentando amargarle el día.

Bueno, en realidad, para mi, lo que intentan ilustrar es el hecho de que nosotros bajo presión y en estado de shock reaccionaríamos haciendo grandes tontearías. Como nuestro protagonista. Si hacemos esa lectura pasamos a empatizar con el mucho más, intentando averiguar que le ha llevado a esa situación y preocuparnos por el.

Como defecto adicional de la película podemos achacarle cierta falta de coherencia en algunas escenas, que en realidad no cuadran con la realidad. Pero lo perdonaremos por las escenas de humor negro y aparente cafrada que aparecen.

Vamos a dejarla como un entretenido alto, que se degusta mejor por lo original. Y por tener un cierto regusto a relato de Poe – el del barril del Amontillado, leer un poco y así os culturizáis -.

 

La escena: El cruce de miradas con la madre.

La frase: «Tengo miedo al agua, no se nadar» (preparándose para trabajar en un islote).  

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2021

Nota del autor:

7,0 ██████ (Buena)

TRÁILER V.O.:

 

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente