Arrebato (Iván Zulueta, 1979) – 110 min. –
Rapture (Título internacional)
Siempre que se nombran las mejores películas españolas, aparecen Viridiana (1961), El Verdugo (1963), Los Santos Inocentes (1984), El Espíritu de la Colmena (1973), y otras tantas. Pero pocas, muy pocas veces, vemos en esas listas Arrebato, de Ivan Zulueta. Así que no queda más remedio que reivindicar esta grandísima película, que pese a no haber tenido buena acogida en su año de estreno, ha pasado a convertirse en una película de culto.
Iván Zulueta empezó allá por el año 1966 a dirigir cortos, en los que ya se apreciaba su personalidad y la lejanía de su obra respecto del marco convencional. En 1969 se estrenó su primer largo: Un, dos, tres, al escondite inglés, continuando con la creación de diversos cortos hasta 1979, año en el cual se estrenó la obra que nos ocupa. Sería su segundo y último largometraje, dedicando el resto de sus días a la realización de algún que otro corto y, sobre todo, al cartelismo.
El protagonista de Arrebato es José Sirgado (Eusebio Poncela, El arreglo, 1983), un director mediocre de cine, insatisfecho tras el estreno de su segunda película. Una noche, al llegar a su piso, se encuentra con Ana (Cecilia Roth, Laberinto de pasiones, 1982), su ex-novia; y con un paquete enviado por Pedro (Will More), un joven aficionado a grabar en Super-8, con un comportamiento extrañamente infantil. El paquete contiene una grabación de vídeo, a través de la cual nos encontramos una reconstrucción de la historia contada por Pedro; al mismo tiempo que José y Ana, acompañados por la heroína, la visionan a lo largo de la noche.
Arrebato es una experiencia cinematográfica única, un retrato del cine como droga que te chupa la sangre. El uso de la música es extraño, pero a la vez absorbente; las actuaciones propias de una película de serie B, con una atmósfera agobiante e hipnótica, que nos mete de lleno en la historia, queriendo saber cuanto antes cómo sigue la grabación de Pedro.
Zulueta logra una atmósfera que recuerda al mejor David Cronenberg (Videodrome, 1983), creando una cinta inquietante, explícita, perturbadora y que derrocha cine por los cuatro costados.
Buscar en esta película un sentido argumental – un guion bien construido y complejo – es un gran error, no porque no lo tenga sino porque la experiencia se ve limitada. Lo aconsejable es disfrutar y meterse de lleno en este film tan experimental, este arrebato que tuvo Iván Zulueta, dejarnos llevar sin ningún control como puede hacer la adicción a la droga, y también al cine. Porque la obsesión de Pedro sea vivida en nuestras carnes, y cuando termine la película sintamos que nos ha ocurrido lo mismo que a él. Al fin y al cabo ésta es la forma de disfrutar del cine en su plenitud, entregarnos a él, como hizo el director con esta obra maestra.
Nota del autor:
9,0 █████████ (Excelente)
La película (su reestreno) está en FILMIN desde el 1 de enero de 2023
TRÁILER
https://www.youtube.com/watch?v=1Dzm8hLnpEw
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