Que una superproducción de la magnitud de El hombre de acero no tenga un guión a la altura no hace más que reafirmar las prioridades que suele tener Hollywood en este tipo de proyectos.
El fallo clave está en la falta de una debilidad de Superman. Suprimida la kriptonita, no hay nada que realmente inquiete al protagonista. Es virtualmente indestructible. Y claro, eso elimina cualquier tensión dramática, porque nunca llegas a sufrir por lo que le pueda pasar.
Esa rémora afecta directamente al antagonista, que nunca es potente ni consigue estar a la altura porque no tiene ese punto débil a explotar. Tampoco ayuda que los pocos obstáculos que se le plantean en las dos horas y pico de metraje se solucionen en un abrir y cerrar de ojos.
Emocionalmente, el peso de las decisiones morales nunca recae en Clark Kent, sino en su padre, que es el personaje realmente interesante a ese nivel. Eso nunca debería ser así porque le resta fuerza al protagonista. A todo esto, hay un par de fallos de racor (continuidad en el guión) que en un proyecto de estas dimensiones son imperdonables. No los marco para no destripar, pero ya veréis que se detectan con mucha facilidad.
Distribuida en España por Warner Bros.
Nota del autor:
6,0 ██████ (Correcta)
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