Título original: Zero Dark Thirty
País: EEUU
Primera proyección: EEUU, 19 Dic. 2012 (Limitada)
Duración: 114 min.
Director: Kathryn Bigelow
Guión: Mark Boal
Cuando llegó a mis oídos la noticia de que Kathryn Bigelow, directora de “En tierra hostil” (2008), estaba preparando una película sobre la muerte de Bin Laden, una palabra me invadió la cabeza: oportunismo. No podía ser que apenas unas semanas después de la eliminación del conocido terrorista, los guiones de Hollywood ya comenzaran a llenar de tinta sus hojas con vistas a una inmediata superproducción, éxito de taquilla asegurado por la trascendencia de su argumento y una publicidad que se fabricaría sola desde la prensa y el boca a boca de la gente. Bigelow tuvo en su mano la oportunidad de estafarnos, de hacer que pagásemos nuestra entrada, nos apalancásemos en nuestra butaca y masticáramos lo primero que se le pudo pasar por la cabeza con tal de hacer un taquillazo. Un boom que hablara de uno de los mayores asesinos de nuestra Historia y, mejor aún, en el que se pudiera ver cómo se cargaron a ese hijo de mil putas.
Pero no quiso hacerlo. Prefirió disipar de un plumazo dudas como la mía (en estos casos, me encanta comerme mis propias palabras). Decidió ser fiel a la fórmula que tanto éxito le regaló “The Hurt Locker” y así completar una película brillante, tensa, fascinante, seria en cada punto de su argumento, importante por su carácter documental, con un apartado técnico absolutamente exquisito, apasionante. El guión, escrito por Mark Boal (historia de «En el valle de Elah«, 2007), se apoya en documentos oficiales conseguidos vaya usted a saber cómo y se entrelaza con las magníficas escenas rodadas por Bigelow en una red que se va tejiendo con suma precisión para montar, pieza por pieza, la investigación que culminó en la localización y posterior eliminación de Bin Laden.
Con un potente aroma a “Homeland” (2011—) y superando en su parte de acción tanto a “En tierra hostil” como a “Black Hawk derribado” (2001) —ambas una maravilla—, “La noche más oscura” pisa muy fuerte en el cinéfilo terreno del espionaje y las operaciones tácticas, inspirando verismo y aportando un disfrute permanente por todo lo que cuenta y por cómo lo cuenta, demostrando ser una película muy contundente y equilibrada al mostrar tanta rotundidad y brillantez en las dos vertientes del argumento: el más relacionado con todo aquello ligado al espionaje (despachos, seguimientos, interrogatorios…) y su parte bélica/táctica, con unos minutos para enmarcar, rodados con todo detalle y ofreciendo una tensión que me mantuvo inmóvil y entusiasmado durante todo el tramo final de la película.
Una buena, muy segura y totalmente convincente Jessica Chastain («El árbol de la vida«) encabeza un reparto del que también asoman los trabajos de Jason Clarke, que encarna a un demoledor personaje tan frío como imprevisible, hasta otros como Reda Kateb, cruel reflejo del sufrimiento de su personaje. Se agradecen las breves pero efectivas apariciones de Kyle Chandler, Mark Strong y James Gandolfini. Como acompañamiento de lujo, los sutiles pero nerviosos compases de la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat, con muchísimo de otro trabajo suyo como “Syriana” (2005). Acertados compases que contribuyen a elevar el nivel de tensión sin necesidad de hacerse notar demasiado, pues la verdadera protagonista debe ser esta grandísima película.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
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