Título original: Battle: Los Angeles / Battle L.A.
País: EEUU
Duración: 116 min.
Director: Jonathan Liebesman
Guión: Scott Silver, Christopher Bertolini
Música: Brian Tyler
“[…] Una pequeña película en clave de simple entretenimiento, beneficiada por el buen nivel que alcanzan algunas de sus escenas y un logrado desarrollo de la acción […] No emociona, no hay cabida para la angustia y no cuenta con un ocurrente guión, pero se deja ver con agrado e interés […]”
“Battle: Los Angeles” (que es su título original y no la denominación tan insípida y de pocas luces que le han endosado en España) ofrece sencillamente lo que promete. Ante un producto como este, que a lo lejos desprende su aroma de típica película de acción fácil y tópicos mil, no podemos entusiasmarnos poniendo nuestras expectativas demasiado altas. Jonathan Liebesman (“The Killing Room”, 2009) construye una pequeña película en clave de simple entretenimiento, beneficiada por el buen nivel que alcanzan algunas de sus escenas y un logrado desarrollo de la acción. No emociona, no hay cabida para la angustia y no cuenta con la estela brillante de un ocurrente guión (siendo correcto y ofreciendo lo mejor de sus líneas en los diálogos más simpáticos entre soldados), pero se deja ver con agrado e interés.
La historia, seguro que nos suena. Cientos de seres extraterrestres invaden la Tierra con intenciones completamente hostiles. Mientras cientos de extraños objetos caen a gran velocidad sobre varios puntos del planeta, el ejército de los Estados Unidos se moviliza en su zona afectada: Los Ángeles. Allí formará parte de un pelotón el sargento Michael Nantz (Aaron Eckhart), quien atormentado por un pasado oscuro deberá dirigir -bajo mando de un joven teniente recién salido de la academia militar- a sus hombres hasta una comisaría en la que se refugian civiles. Pero la misión es contrarreloj, pues el ejército bombardeará las inmediaciones en poco más de tres horas. En el cóctel de todos los géneros que engloba esta película, la realización falla al decidir que los enemigos de los protagonistas sean extraterrestres en lugar de algo más asumible (aunque sea otro tópico del tipo “vienen los rusos”), ya que estos alienígenas no aportan demasiado sentido al argumento: a pesar de su conseguido aspecto, su personalidad está construida a partir de todos los clichés imaginables, y para colmo, el motivo de su invasión se queda en una simple hipótesis.
Es innegable que el poderío técnico demostrado en los efectos especiales es de gran nivel, llegando a convertirse lo visual en todo un espectáculo de invasores que presentan un aspecto cuanto menos curioso (tienen órganos como cualquier ser humano, pero están compuestos en gran parte de metal, como si estuviesen modificados). Un repertorio que se amplía con las naves espaciales, el despliegue armamentístico de todos los medios del ejército (tanques, helicópteros, cazas, etc.) y todas las escenas de intercambio de disparos. Las interpretaciones se limitan a cumplir con su cometido, estando copadas por un buen Aaron Eckhart («El caballero oscuro«, 2008) del que dicen, y comparto, que el papel se le queda pequeño. Aparece Michael Peña («Crash«, 2004), que es un actor secundario que siempre me ha gustado y que nunca decepciona. Es una pena que le tengan tan desaprovechado en Hollywood, pues creo humildemente que su calidad puede ir más allá del típico papel de inmigrante latino que tantas veces ha tenido que ejecutar.
Aunque no sea una voz autorizada en estas cuestiones, pienso que esta película no debería considerarse como ciencia ficción, pues no hace honor a ninguna de estas palabras. Se desenvuelve muchísimo mejor dentro de su categoría de cinta bélica y de acción (la primera hora es hasta buena) hasta encontrar sus deficiencias al llegar los alienígenas a “contactar visualmente” con el espectador. De haber elegido la senda de una acción más realista estaríamos, probablemente, hablando de un buen aporte al cine bélico contemporáneo. Al final, todo se queda en un “La guerra de los mundos” (2005) bastante más ligth (no existe esa empatía que sí se produce con los personajes de la cinta protagonizada por Tom Cruise, y los extraterrestres no infunden el terror que Spielberg sí supo transmitir) con pizcas, en su parte más realista, del videojuego “Call of Duty: Modern Warfare 2”. Ameniza la velada musical el compositor Brian Tyler (“Annapolis”, 2005, «Skyline«, 2010) con una banda sonora que si bien se agradece a pesar de desvanecerse de la memoria según termina la película, peca de poca originalidad al incluir un tema (“Hymn”) que parece una versión no autorizada del fabuloso “Surface of the Sun” de John Murphy que fue utilizado en “Sunshine” (2007) y “The Walking Dead” (2010).
Nota del autor:
6,0 ██████ (Correcta)
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