Título original: Following
País: Reino Unido
Primera proyección: Canadá, 12 Sep. 1998 (Toronto International Film Festival)
Duración: 69 min.
Director:
Christopher Nolan

Guión: Christopher Nolan
Música: David Julyan

“[…] Sorprende cómo de esta manera se puede llegar a labrar una historia tan bien hilvanada […] Artesanal historia llena de enigmas y marcada por un ritmo neutral, envuelto dentro de una atmósfera apagada, solitaria e incluso, triste […]”

Christopher Nolan ofrece desde esta amena película todo un recital de buenas intenciones, delimitando el contenido de la misma en un argumento que utiliza el drama como despegue hacia una espiral de intriga que irá transformándose en un intenso thriller. El rodaje en blanco y negro y una atmósfera que oprime a sus personajes hasta prácticamente no dejarles salir de un pequeño perímetro que apenas deja ver la ciudad, contribuye a que veamos este filme desde una perspectiva que bien pudiera asumir que la película sea una realización de los años setenta, y que de entre los personajes se diese la posibilidad de que apareciera en cualquier momento el inolvidable Michael Caine como el “Asesino implacable” (1971). “Following” es como poco, un trabajo muy interesante, un ejemplo de buen cine realizado con un presupuesto irrisorio durante los días libres del equipo.

Sorprende cómo de esta manera se puede llegar a labrar una historia tan bien hilvanada, hasta el punto de hacer ver que esta producción es tan seria como cualquier otra nacida de una gran cantidad de billetes. Además, lejos de encontrarnos con las típicas cámaras ‘amateurs’ de este tipo de producciones noveles, que ofrecen distorsionadas o incompletas imágenes, presentan bruscos movimientos o dejan tras de sí un repertorio de tembleques, veremos un apartado de fotografía cuidado al detalle y hasta peculiar.

La trama comienza con un sentido dramático y bastante reflexivo, situando a su personaje protagonista, Bill, un joven extraño interpretado por Jeremy Theobald, sobre una serie de cuestiones que despiertan su interés. La gente le inquieta y para matar su curiosidad, la sigue sin ningún otro motivo aparente que el de comprobar de dónde viene, a qué se dedica y a dónde va. En principio es un complemento que le inspira en su faceta como escritor. Después, todo se va convirtiendo en un vicio. Durante una de sus “jornadas de vigilancia” se cruza con Cobb (Alex Haw), otro hombre enigmático que provocará que su maniática singularidad del fisgoneo, se eleve hasta lo más alto. Se inicia entonces un profundo recorrido a través de toda una maraña de situaciones que se adentrará en algunos recónditos lugares que sabrán transmitirnos la tensión del momento.

Las interpretaciones de los protagonistas, partícipes ambos de un excelente guión escrito por el propio director, resultan notables y dan lugar a la duda de cómo ambos actores han podido tener tan escaso recorrido en el cine. Mientras el hoy titulado en fisiología y miembro de varias publicaciones y entidades relacionadas con la salud, Jeremy Theobald, ha limitado sus apariciones a cortometrajes anteriores a “Following” y un capítulo de la emblemática serie británica “Policía de barrio” (2000), Alex Haw es hoy un arquitecto, profesor y escritor. Lucy Russell, quien da vida al tercer personaje más importante de esta película, realiza una correcta interpretación que le ha valido para disfrutar de más papeles dentro del cine, encabezando el reparto de, por ejemplo, el drama histórico “La inglesa y el duque” (2001).

El compositor David Julyan completa una lúcida y característica banda sonora, adecuada por su tono misterioso dentro de una artesanal historia llena de enigmas y marcada por un ritmo neutral, envuelto dentro de una atmósfera apagada, solitaria e incluso, triste. Los magníficos compases de Julyan le valieron la confianza de Nolan para llevárselo consigo en los sucesivos proyectos, “cortando el grifo” el director inglés a partir de “Batman Begins” (2006) (aunque un año más tarde sí podría componer las partituras de “El truco final”), decantándose el realizador por otros músicos más comerciales.

Quédense con el detalle del logotipo de Batman sobre la puerta de entrada de una de las casas. Era 1998 y Nolan ya se veía capaz de anticipar lo que siete años más tarde se convertiría en la mejor película de superhéroes creada hasta la fecha, seguida de una espectacular secuela que ya tiene en proceso de creación la compañera que cierre la trilogía del famoso hombre murciélago. El nombre de uno de los protagonistas, Cobb, sería nuevamente utilizado por el director en “Origen” (2010), para el personaje interpretado por Leonardo Di Caprio.

Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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