Enys Men (Mark Jenkin, 2022) – 90 min. –
Una mujer trabaja en la isla de Enys estudiando la evolución de una flor rara.
Insulto final que nos deparaba el cine y que me hace pensar en como se hace la selección de películas para el festival y si hay alguien al volante cuando se seleccionan.
Sufrimiento infumable de 90 minutos de duración de una escena casi emitida en bucle. Una mujer se va a un acantilado, mide la temperatura de la tierra. Echa una piedra a un pozo, anota los resultados y se repite.
Nada más, apenas, durante todo el metraje.
Intentan transformarlo en un tinte sobrenatural y místico. Intentando hacerte pensar en que es un alma en pena. O que esta conectada con una muerte que hubo en la zona cercana. De ahí que el número de flores sea el mismo que el de personas desaparecidas en la mina o que sus esposas ahora viudas. O yo que se.
Intento sobre analizar la película para encontrarle una explicación pero puedo decir que he visto mejores películas en contenedores de desechos radioactivos. No hay que caer en el sobre análisis para intentar buscarle un sentido. No lo hay, en serio. El director va lanzando migas de pan pero solo llevan a la muerte. No hay nada detrás.
Es mala, es pretenciosa, es infumable. No sirve siquiera como película documental sobre la belleza de la isla y encima tampoco sirve como rodaje ASMR (ya que no paran de sonar las olas del mar) ya que todo el rato se van alternando ruidos.
Todo mal. Muy mal. En serio, no la veáis.
Y si eres uno de esos arties, que recomiendan películas por estar rodadas en 16mm. Te deseo lo peor.
La frase: «No hay cambios».
La escena: Cuando se acaba y ves que el sufrimiento tiene fin.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2022
Nota del autor:
1,0 █ (Ridícula)