“[…] el factor miedo está radicado en el universo onírico pero a la vez se alimenta del mundo físico […] aunque no es una obra maestra, es más que un simple slasher; trascendió y jugó con la dualidad realidad-sueño como pocas cintas lo habían hecho, dándonos de paso un personaje icónico […]«

El pasado 30 de agosto fue un día trágico para el horror. Quien se hospedó en la última casa a la izquierda horrorizando a las audiencias de los setentas, se metió en sus pesadillas una década más tarde y luego, en los noventas, se burló mediante la autorreferencia del género que él mismo ayudó a moldear, tuvo que abandonar este mundo. Así es, Wes Craven, a sus 76 años, falleció. El legado que nos ha dejado es inmenso y es ideal, en estos momentos de duelo tanto para el slasher (*) como para el terror en general (Las colinas tienen ojos 1977, La última casa a la izquierda 1972, Scream 1996), recordar una de sus más grandes joyas: A Nightmare on Elm Street (Pesadilla en Elm Street).

Este clásico protagonizado por Heather Langenkamp, Robert Englund y un debutante Johnny Depp (Alicia en el País de las Maravillas, 2010), cuenta la historia de un asesino en serie llamado Freddy Krueger que acecha a los jóvenes en sus pesadillas. Lo terrorífico es que si estos mueren en ellas, también lo hacen en la vida real.

Craven plantea algo interesante desde el inicio de la película. Revela al espectador cómo luce el mundo de los sueños y cómo es la realidad. Desde allí, procura que nos familiaricemos con la dualidad a la que él nos somete por el resto del film. Sin embargo, el maestro del horror utiliza constantemente sus artimañas narrativas y visuales para que estemos dudando de si lo que vemos se trata de un sueño o del mundo real (y como anotación: qué buen uso de los escasos recursos que tenía la producción para plasmar en pantalla el aspecto de una pesadilla).

(*) El cine slasher es un subgénero del cine de terror. Su principal característica es la presencia de un psicópata -normalmente oculto tras una máscara- que asesina brutalmente a adolescentes y jóvenes que se encuentran fuera de la supervisión de algún adulto. La mayoría de las veces las víctimas «candidatas» están envueltas en sexo prematuro, consumo de drogas o cualquier tabú relacionado a una sociedad puritana. 

Así pues, el factor miedo está radicado en el universo onírico pero a la vez se alimenta del mundo físico. Es decir, si las pesadillas son la parte terrorífica de esta película, es gracias a que la realidad de los adolescentes no es reconfortante. Si bien ésta debería proyectar algo positivo para los jóvenes protagonistas, no lo hace. De hecho, viven con angustia juvenil, con padres ausentes o llenos de problemas, así que el dormir (el momento más relajante del día) debería tranquilizarlos pero Freddy Krueger lo impide. Craven (Scream: Vigila quién llama (1996)) termina atacando no sólo algo tan preciado como nuestros sueños, sino también todas nuestras emociones al generar esta clase de desconexión emocional de los jóvenes con su mundo real. Por lo tanto, los protagonistas y nosotros –los espectadores- nos encontramos en el mismo estado: vulnerables y a la merced de Krueger.

Pesadilla en Elm Street_003Pesadilla en Elm Street también posee algo propio del estilo de hacer terror de los ochentas. Causa miedo por lo que enseña, pero sobre todo por lo que no muestra. Cuando la película termina, permanece el sentimiento de que hay tanto que no se dijo sobre su asesino así como de ciertas cuestiones en su tramo final. Obviamente, Freddy Krueger ya no es un personaje misterioso por todo lo que se explicó a lo largo de la saga. No obstante, si nos detenemos a analizar esta primera entrega, Craven deja mucho a nuestra imaginación, y el cine de dicha época nos confirma lo siguiente: le tememos más a lo que no conocemos que a lo que sí.

Pesadilla en Elm Street_001He aquí un film que aunque no es una obra maestra, es más que un simple slasher; trascendió y jugó con la dualidad realidad-sueño como pocas cintas lo habían hecho, dándonos de paso un personaje icónico y una franquicia que sólo el mismo Craven sería capaz de reinventar en 1994 con la subversiva Wes Craven’s New Nightmare. Que descanse en paz el maestro del horror.

Distribuida en España por PARAÍSO FILMS 

Nota del autor:
9,0 █████████ (Excelente)

Película estuvo en CARTELERA a partir del  18 de septiembre de 1985.

FICHA TÉCNICA

Título original: A Nightmare on Elm Street
Títulos alternativos: Pesadilla en lo profundo de la noche
(Argentina), Pesadilla en la calle del infierno (México / Venezuela),  Pesadilla sin fin (Colombia), Pesadilla en la calle Elm (Perú)
País: EEUU

Primera proyección: Alemania Occidental, 20 Oct. 1984 (Festival de Hof)
Duración: 91 min.
Director: Wes Craven
Guión: Wes Craven
Música: Charles Bernstein
Género: Terror | Slasher. Sueños. Película de culto.

Reparto: Robert Englund, John Saxon, Ronee Blakley, Heather Langenkamp, Amanda Wyss, Jsu Garcia, Johnny Depp, Charles Fleischer, Joseph Whipp, Lin Shaye, Joe Unger, David Andrews, Shashawnee Hall

 TRÁILER – V.O.S. 

 

Written by Jhon James Gutiérrez