«Un pueblo no es mejor que otro, el nacionalismo llevado al extremo es el final del pensamiento»
Goran Paskaljevic, director serbio, estudió en la Escuela de Cine de Praga. Su primera película Pan Hrstka (1969) fue censurada debido el comunismo checoslovaco. El auge del sentimiento nacionalista en Yugoslavia le obligó a abandonar el país en 1992. Ha ganado tres Espigas de Oro Seminci, honor que comparte con Ingmar Bergman. Su filmografía indaga en la memoria de una retrógrada Yugoslavia, de una problemática social que arrastra desde sus ancestros, narrada desde un realismo sobrecogedor, como puede ser Honeymoons (2009).
Al nacer el día, película proyectada en el Seminci y en el Festival de Derechos Humanos de San Sebastián, se estrena hoy viernes día 21 de febrero en las salas de cine de España distribuidas por la productora Wanda. Y con motivo del estreno LGEcine ha tenido el maravilloso placer de entrevistar al propio director serbio en el hotel Tryp Ambassador de Madrid, junto a los compañeros de CinemaAdHoc.
Madrid | Olivia Huerva Sese, LGEcine.org
¿De dónde surge la historia?
Este campo de concentración se encuentra en el centro de Belgrado porque la nueva ciudad se desarrolló en la otra parte del río y se construyó un nuevo recinto ferial, y ese antiguo recinto se quedó, tal como estaba, en el centro de Belgrado siendo abandonado. Es vergonzoso que no exista un Centro Memorial a todas esas víctimas… no hay nada, como habéis visto en la película, se encuentra tal cual, no hay nada inventado, es así. Incluso es la misma historia de mi coguionista y Filip David, con quien he escrito varios guiones anteriormente: es su propia historia, lo que él ha vivido en primera persona durante la invasión de Belgrado.
¿Cómo ha vivido escribir su guionista esa historia que vivió realmente en primera persona?
Filip, cuando era niño, fue ocultado en un pueblo serbio porque sus padres detectaron que algo se avecinaba y le ocultaron entre amigos serbios que vivían en esta aldea y así fue como él sobrevivió al Holocausto, porque sólo un 10% de los judíos de Belgrado consiguieron sobrevivir a la guerra y, de hecho, la mayor parte de su familia ha sido asesinada allí. Filip y yo hemos querido durante muchos años hacer una película sobre eso pero no ha sido nada fácil porque encontrar dinero para hacer una película sobre un tema así no resulta sencillo y más ahora en estos tiempos.
A propósito de esto ¿tuvo dificultades en estrenar la película en su propio país dada la dificultad del tema que abordaba?
Hay una frase en esta película en la que se comenta que los nazis enviaron a los judíos a los campos de concentración con la colaboración de la policía serbia y croata, esto ha molestado a ciertos nacionalistas y por ello que me han atacado, alegando que es una película antiserbia, yo me he reído como usted mismo en este momento, les he dicho que la película habla de la historia de una forma íntima y que no tiene nada que ver.
Resulta difícil de entender que haya una parte de la población que no quiera conocer la historia de su país, el hecho de la colaboración con los nazis y los daños que se causaron.
Serbia era muy antifascista y hubo una resistencia muy fuerte en contra de los alemanes que provocó muchas víctimas, pero después de la guerra cuando el partido de Tito se hizo con el poder se construyeron muchos monumentos dedicados a la victoria de los partisanos que siempre eran las víctimas antifascistas. Y los serbios colaboradores con la alemania nazi se consideran víctimas de la situación establecida en ese periodo concreto y los judíos que fueron asesinados como víctimas inocentes que nada tienen que ver con la política, fueron asesinados simplemente por el hecho de ser judíos, la mayoría mujeres y niños y, al no tener esa carga ideológica, no han sido tan reconocidos por el régimen de Tito, no se ha construido ningún Memorial, en su totalidad están dedicados a la memoria de los comunistas.
En la película el protagonista está buscando sus raíces, esa identidad adquirida, y se produce una contraposición con lo nuevo. Una especie de conflicto entre los antiguos problemas sin resolver del país y los nuevos.
Es precisamente eso, la presencia de los gitanos por ejemplo no es una cosa casual. En toda Europa hay una especie de política contra los gitanos, siempre son los culpables, si hay un robo o cualquier otro delito se les acusa rápidamente. El problema es que no se ha hecho nada realmente para integrarlos en nuestra sociedad. Para mí ese nivel de discurso en la película es importante y es que hay muchas películas sobre el holocausto, así que me replanteé enfocar la historia desde esta contraposición, el genocidio nazi en Serbia y la marginación gitana, más contemporáneo para hablar de esto y que integre, como comentas, los problemas irresolutos de ayer con los de hoy, sobretodo cuando hay tantos jóvenes en Europa que aceptan otra vez la ideología nazi y ése es un gran problema porque se olvida el horror que han provocado el nazismo y el fascismo. Igual yo creo que en España la gente es más sensible, lo tienen más presente porque el franquismo también ha causado mucho dolor.
De hecho debido a la crisis económica en España se están recuperando políticas antiguas, estamos retrocediendo, políticamente hablando…
Es que precisamente las crisis económicas son el origen de estos hechos, se manipula a la gente más fácilmente: “Nosotros somos los españoles, los demás son los culpables…” Yo soy nacionalista en el sentido que me gusta mi país pero si empiezo a detestar a los demás es donde esto se convierte en ultra-nacionalismo y ya se ha superado la línea del fanatismo. Además que se es más fácil manejar a la masa mediante una política populista, un pueblo no es mejor que otro, el nacionalismo llevado al extremo, es el final del pensamiento.
Dentro de la cinematografía serbia, es inevitable preguntar el paralelismo entre usted y Emir Kusturica, tocar la temática sobre los gitanos.
En los pequeños países como Serbia, si alguien gana un premio como la Palma de Oro se convierte en una referencia y todo el mundo cree que sólo existe Kusturica como en España con Almodóvar, por ejemplo. Yo creo hay realizadores españoles mucho más interesantes que Almodóvar pero, centrándonos en la pregunta, un año antes de El tiempo de los gitanos (Emir Kusturica, 1989) yo hice la misma película sobre la venta de niños gitanos, El ángel de la guarda (Goran Paskaljevic, 1987) que se presentó en la quincena de los realizadores de Cannes pero mi película era casi documental y él, con mucho más presupuesto, realizada desde una perspectiva más irreal, onírica, una película muy barroca desde un planteamiento distinto ya que a mí me interesa mucho más lo social.
Mustafa Nadarevic, uno de los actores más conocidos de la antigua Yugoslavia abandona en este film la comedia, para adentrarse en un drama social, como ha vivido esta evolución.
En efecto es uno de los actores más grandes de la antigua Yugoslavia, un hombre musulmán que hizo toda su carrera en la Croacia católica y que hace en mi película un papel de un serbio que descubre que es judío . Yo le adoro, últimamente está trabajando en una serie cómica pero antes ha hecho grandes papeles trágicos, es un grandísimo actor y cuando yo pensé en la película y supe que tenía que ser él, no lo la haría. En esta película los planos son muy largos, no hay demasiados cortes porque en los planos largos se muestra un campo más abierto, cuentas la verdad sin esconder nada, lo muestras tal y como es. Abre el espacio para un actor como Mustafa, él vive, no juega.
Qué opinión tiene respecto a la nueva ola de cine Serbio.
La nueva ola de cine serbio, no cree en una ola, pronto se podría hablar de ello aunque desgraciadamente no hay medios posibles para poder hacerlo realidad. No hay un soporte económico que conduzca, sin el apoyo del Estado, y si a el propio Estado no le agrada la temática…
Este es su segundo largometraje coproducido entre varios países.
Efectivamente, el primer largometraje coproducido fue Honeymoons, entre Serbia y Albania, y este largometraje es Serbio-Croata-Francés. Al final es intentar limar estas pequeñas diferencias entre la religión, que son retrógrados y sin ningún fin, aunque es bastante complicado, se intenta normalizar la situación. Estamos mejor que la situación actual española con Cataluña (entre risas).
Fotografía: Wanda Visión
Entrevista de Olivia Huerva Sese para LGEcine.org
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