Título original: Cidade de Deus
País: Brasil
Primera proyección: Francia, 18 May. 2002 (Festival de Cannes)
Duración: 130 min.
Director: Fernando Meirelles, Kátia Lund
Guión: Braulio Mantovani (Novela: Paulo Lins)
Música: Antonio Pinto & Ed Cortes

“[…] Una película muy interesante, desarrollada con un estilo visual muy cómodo que se apoya en un gran montaje, y con la gran capacidad no sólo de entretener, sobrecoger a muchos (no a un servidor) y servir como un documento cinematográfico sobre este conocido fenómeno, sino también por saber sorprender, dejando durante casi toda la película muy poco espacio a lo previsible […]»

Es una de las películas brasileñas más y mejor reconocidas mundialmente en lo que se refiere a cine contemporáneo, a pesar de no estar respaldada por los grandes premios internacionales. Su dramática historia, bien dibujada y contrastada con los hechos reales, ha sabido calar en multitud de corazones pero en lo que a mí respecta, me ha dejado con un sabor de boca que roza la indiferencia sin llegar a sumergirse en la misma al ser rescatado a tiempo por el gran entretenimiento que supone visualizar esta obra.

La historia comienza desde el primer minuto con la intención de sobrecoger al espectador, sirviéndose de una escena en la que aparece una gallina que se asusta y huye al ver como una de sus compañeras es desplumada una vez le han cortado la cabeza. Es una forma de humanizar al animal y ofrecer al que visiona esta película un terror que no tardará en formar parte de las vidas de los protagonistas. Los dueños de la gallina corren persiguiéndola, hasta toparse con el que servirá de hilo conductor de la trama, un joven llamado Buscapé (Alexandre Rodrigues), que va comentando con un amigo algo sobre una fotografía. Le exigen que pare al animal, Buscapé lo intenta pero en ese preciso instante aparece la policía y… vuelta al pasado.

El argumento retrocede para explicar todo lo que sucede antes de volver a llegar hasta esa escena cuando se acerque el final de la película, presentándonos detalladamente a todos los personajes gracias a una cuidada narración, algo muy de agradecer. Se explica cómo se formaron las favelas y transmite al espectador la pobreza del lugar y sus gentes para de esta manera poder justificar porqué tuvieron que escoger la vía de la delincuencia muchas de las personas que allí viven, en su inmensa mayoría jóvenes y niños. A la vez, pincela a los más honrados y trabajadores que decidieron seguir una vida más difícil pero más digna, encargándose de sus humildes trabajos mientras se exponían a todo tipo de peligros.

Y eso que las favelas, a medida que iban creciendo e iban consolidándose como una zona opaca y blindada por los delincuentes, también aumentaban su estatus de seguridad, pues las mismas bandas imponían el orden dentro de su núcleo, ya que con mucha inteligencia sabían, y siguen sabiendo, que si no garantizan la paz en sus propios paraísos chabolistas, muy difícilmente podrían enarbolar esta bandera desde sus organizaciones criminales. Mientras, Buscapé continúa intentando seguir una senda distinta a la de todos esos jóvenes de su edad que prefieren portar un arma, sembrar el miedo y saciar su sed de venganza, pues él sueña con ser fotógrafo, algo por lo que luchará para conseguir aunque se le antoje como imposible.

No se me han repetido las sensaciones que si viví con «Tropa de élite«(2007), una película más nueva que ésta (2007) pero con un producto más feroz que ataca directamente a la yugular, siendo menos melodramático e incluso más realista. No se ha sabido cuidar el detalle de la armamentística, pasando por alto que un revólver tiene un gran retroceso al ser disparado incluso con las dos manos: en Ciudad de Dios, pequeños chavales que no llegan a los 12 años, tienen una fuerza sobrehumana que les permite disparar con una sóla mano y la calidad y puntería del más temido vaquero del Lejano Oeste, todo sin siquiera vibrarles la muñeca. Puede dar la sensación de que en la película se encuentren dos personajes interpretados por el mismo actor. No se asusten, pues hay dos hermanos gemelos en el reparto: los Haagensen.

Una película muy interesante, desarrollada con un estilo visual muy cómodo que se apoya en un gran montaje, y con la gran capacidad no sólo de poder entretener, sobrecoger a muchos (no a un servidor) y servir como un documento cinematográfico sobre este conocido fenómeno, sino también por saber sorprender, dejando durante casi toda la película muy poco espacio a lo previsible.

Nota del autor:
7,0
███████ (Buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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