The Illusionist (Neil Burger, 2006) – 110 min
Sin ser una obra maestra, su fuerza contribuye a elevar esta película a los altares de la calidad cinematográfica, gracias a la buena combinación de su cautivadora fotografía, música y trabajo del reparto. Tiene sus defectos, como escenas vacías en las que su lentitud no ayuda a digerir con entusiasmo la película o lo presumible de algunas de sus secuencias, que no dan cabida a momentos de sorpresa.
Pero más allá de su impecable ambientación, el conjunto de la película constituye una obra de gran calidad e interés en el que destacan los papeles de sus actores principales, Edward Norton («El club de la lucha«, 1999), Rufus Sewell («Los pilares de la Tierra«, 2010) y Paul Giamatti («John Adams«, 2008), siendo a mi parecer más sobresaliente el trabajo de Giamatti sobre todo el reparto.
La historia nos habla del enigmático Eisenheim (Norton), que se dedica a hacer disfrutar al público más exquisito con sus espectáculos de magia e ilusionismo. Unos actos que no tienen buena acogida por parte del príncipe heredero Leopold (Rufus Sewell), que considera que Eisenheim no tiene poderes sobrenaturales como hace parecer ver en sus espectáculos, y que lo que en sus números se ve es una farsa compuesta de múltiples trucos que deben tener una explicación lógica.
Por esto pone la situación en manos del inspector jefe de policía Uhl (Giamatti) que, a pesar de su admiración por el mago, deberá investigarle para desmontar su espectáculo y evidenciar lo que su desagradable jefe pretende demostrar: que todo es una patraña.
Y mientras Eisenheim continúa superando como puede los obstáculos que la incredulidad de la realeza le brinda, el amor llama a su puerta de la mano de la prometida de Leopold, Shopie (Jessica Biel) que deberá elegir entre hacer caso a lo que dicta su corazón o cumplir sus planes nupciales y convertirse en princesa.
Bonita es la palabra más idónea para describir esta película, narrada como un cuento (de hecho, está basada en la historia corta de Steven Millhauser) y contando con preciosos detalles llenos de elegancia, sostenidos por la mágica música que Philip Glass («El show de Truman«, 1998) creó para la ocasión, llevando a cabo una de las mejores bandas sonoras de las últimas décadas.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
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