“[…] Película rica en matices y sugerencias, que dice más de lo que aparenta. Muestra el ocaso del antiguo Oeste con nostalgia, lirismo, admiración y respeto […]”
Realizada por Sam Peckinpah (La huida, 1972), se rodó en cinemascope en Inyo National Forest y Bronson Canyon (California), con un presupuesto de 1 M dólares. Producida por Richard E. Lyons, fue nominada al BAFTA a la mejor actriz novel (Marietta Hartley).
La acción tiene lugar, camino de Coarsegold, en un momento no determinado de la última década del XIX. Narra la historia de un antiguo sheriff, Seteve Judd (Joel McCrea), respetado, entrado en años, contratado por un banco para transportar un cargamento de oro desde la mina a la ciudad, a través de un territorio peligroso. Judd se hace con la colaboración de veterano Gil Westrum (Randolf Scott) y del joven Heck Longtree (Ron Starr). En el camino encuentran a una muchacha, Elsa Knudsen (M. Hartley), a la que defienden de intentos de rapto y violación.
La película recoge toda la iconografía del «western», con pistoleros, aventureros, banqueros, prostitutas, mineros, misioneros, comerciantes, cantineros y otros, que sitúa en un contexto temporal y social diferente.
El Oeste no es ya el espacio de las correrías de los indios, ni el lugar de asentamiento de pioneros y colonos, ni el escenario de las proezas de héroes como Will Kane, Ethan Edwards, Owen Thursday. El sentido crespuscular de la historia se acentúa con la edad de Judd y Westrum, su participación en los «westerns» de la época dorada y la hora final de sus carreras: última intervención en cine de Randolph Scott y una de las últimas de Joel McCrea. La emergencia de un tiempo nuevo se simboliza en el primitivo modelo de un automóvil, que presagia profundos cambios tecnológicos. Se tratan con respeto, nostalgia y lirismo el viejo Oeste y los códigos de conducta de sus protagonistas (amistad, lealtad e independencia personal). La historia es rica en trazos de humor. Se exalta el sentido de la amistad y responsabilidad de Judd y se condenan la traición al amigo y el fanatismo religioso de Joshua Knudsen (R.G. Armstrong), que suma ciega ortodoxia religiosa y maltrato con abusos a la hija.La música aporta una brillante partitura de viento y percusión, que añade algunas canciones populares. La fotografía se ajusta a la estética de Peckinpah: colores atenuados y neutros, juegos de luces y sombras bien construidos, importancia del claroscuro y paisajes espectaculares. El guión desarrolla una historia interesante, intensa y crepuscular, rica en toques de humor (carrera de un camello y muchos caballos). La interpretación de los dos veteranos es magnífica y loable la de los secundarios. La dirección demuestra, a los 36 años, una espléndida madurez.
Película rica en matices y sugerencias, que dice más de lo que aparenta. Muestra el ocaso del antiguo Oeste con nostalgia, lirismo, admiración y respeto.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE
Sandro Fiorito
«Sam Peckinpah entusiasma ofreciendo desde esta emocionante obra, interesantes reflexiones morales sobre la amistad, el amor, la religión y la vocación por la justicia verdadera, mientras pone a prueba a sus personajes con los desafíos que surgen en territorios hostiles. Llena de preciosismo visual por las postales de gran belleza que dibuja el relato durante el viaje de los protagonistas, «Duelo en la alta sierra» es un western muy completo al contar con casi de todo lo que podríamos pedirle a una cinta del género (acción, drama, tensión, personajes pintorescos, pueblos con personalidad propia…). Asegura un gran entretenimiento y promete un resultado notable. Joel McCrea y Randolph Scott están maravillosos». 8.
TRÁILER – V.O.
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