Título original: Bram Stoker’s Dracula
País: Estados Unidos
Primera proyección: Canadá, 13 Nov. 1992
Duración: 128 min.
Director:
Francis Ford Coppola

Guión: James V. Hart (basada en la novela «Dracula» de Bram Stocker)
Música: Wojciech Kilar

“[…] Desprende una belleza y una perfección difícilmente superables para representar los hechos que nos trae esta revitalizada historia del Conde Drácula […] un libro de fábulas rescatado de un tesoro del pasado […] efectos de sonido y visuales sorprendentes […]”

Desde cada uno de sus fotogramas desprende una belleza y una perfección difícilmente superables para representar los hechos que nos trae esta revitalizada historia del Conde Drácula. Todos sus elementos técnicos se combinan con esplendor para, juntos, ofrecernos una película que más bien parece un libro de fábulas rescatado de un tesoro del pasado y del que iremos ojeando sus ilustraciones tan elegantemente mostradas, enfrascadas en la gran atmósfera que se logró crear para tan bello y sádico momento.

El terror y el amor corren, o más bien huyen de la mano, viéndose representados por la figura del recóndito Conde Drácula (Gary Oldman), que tras perder en el pasado a su amada tras suicidarse ésta al creer que su esposo había muerto en combate, logra perdurar en el tiempo. Cuatro siglos después, tras ver una fotografía de la prometida de su abogado Jonathan Harker (Keanu Reeves), desplazado a Transilvania con el encargo de cerrar unos negocios con Drácula, decide viajar a Londres desde su castillo de Transilvania. Allí conocerá a la esposa de éste, Mina (Winona Ryder), después de hacer caer sobre la mejor amiga de la susodicha, Lucy, su sedienta necesidad de sangre.

Desarrollado todo esto de una forma enigmática, que supera lo intrigante para adentrarse en lo terrorífico y mucho después de haber recorrido pasajes llenos de desmesura y erotismo, un equipo encabezado por el el profesor Abraham Van Helsing (Anthony Hopkins), tratará de averiguar qué es lo que sucede entre tanto revuelo misterioso, intentando buscar una solución para dar fin a los macabros actos que se irán desarrollando.

Las escenas de la cinta, apoyadas todas en unos efectos de sonido y visuales sorprendentes, pasan sin parar de una a otra cada vez de una forma más singular y llamativa, dejando a su paso multitud de detalles que serán capaces de hacer las delicias de muchos de los aficionados al género y al buen cine en general. La banda sonora, de gran belleza, no consigue hacerse la auténtica protagonista de la película debido a la fuerza del guión, a veces lírico, a veces más tópico, llevando a los personajes por un reparto que hace su trabajo de forma correcta algunos, sublime otros. Los “algunos” pueden ser Reeves y Richard E. Grant («Una guerra feliz«, 1997),  junto a otros del reparto. Las interpretaciones sublimes corren a cuenta de Oldman, Ryder y Hopkins, por este orden.

Se nota la mano y el saber hacer de uno de los grandes con la batuta de la dirección, Francis Ford Coppola, ese maestro que ha dejado a su paso perlas de cine estiloso y memorable, culminado por su trilogía de «El Padrino«, «Apocalypse Now» (1979), «La ley de la calle» (1983) o «Cotton Club» (1984), entre otras obras. Con todo esto, decir que estamos ante una muy buena película, que refleja la personificación de las ganas de vivir tras una cortina que esconde un mundo lujurioso, sangriento, demoníaco, oscuro y lleno de misterio que a pesar de lo malvado del conjunto, esconde ternura y justifica una historia del mal, nacida desde lo más profundo del buen corazón.

Nota del autor:
9,0
█████████ (Excelente)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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