Scusa ma ti chiamo amore (Federico Moccia, 2008) – 105 min
Lo que desde fuera es aparentemente una remilgada y tópica película, es en realidad una entretenida y agradable comedia romántica que, fortalecida por el buen trabajo de la pareja protagonista, es capaz de caminar sólidamente por un buen guión y un correcto desarrollo de sus historias. La dirección de Federico Moccia consigue así completar una obra que en prácticamente la totalidad de su metraje, no presenta vacíos en su historia, resultando de esto un filme ameno y acertado, muy en la línea de las últimas películas italianas contemporáneas del género.
Dentro de la trama de la película se sitúa Alex Belli (Raoul Bova), un cuarentón que trabaja como director creativo de una importante empresa de publicidad, que atraviesa un amargo momento emocional al ser dejado por la que hasta ahora era su chica. Siguiendo los consejos de algunos libros de autoayuda en los que se refugia, busca la evasión como se recomienda en uno de los textos sin obtener demasiado éxito. Pero como bien indica la película en una de sus escenas, el amor no es un cálculo, y llega cuando uno menos se lo espera, topándose el coche de Alex con la moto de una guapa joven de diecisiete años, llamada Niki Cavalli (Michela Quattrociocche), que se dirigía al instituto. El accidente sirve de celestina para unir a la pareja, que irá conociéndose desde el momento en el que Alex tenga que acercar a Niki a la escuela por haber estropeado su moto, comprobando el primero el descaro de la chica en todas sus acciones y viéndose ambos envueltos en una espiral romántica muy bien ilustrada que deberán intentar mantener viva durante toda la historia.
Además del hilo argumental central, la película está acompañada de otras historias paralelas que no tienen menos interés. Los amigos de Alex, de su misma edad, comparten diversos problemas de infidelidades y momentos caóticos o aburridos dentro de sus relaciones, mientras buscan vivir una segunda juventud. Por otro lado, las amigas adolescentes de Niki presentan el cuadro típico de un grupo de esa edad: una aún es virgen y se siente atraída por un chico de su instituto, otra está saliendo con un chaval la mar de aburrido y la última, es una vividora que cada noche acaba con uno distinto.
Raoul Bova (La ventana de enfrente, 2003) realiza un buen papel en su rol de cuarentón que se encuentra en una encrucijada que deberá resolver para elegir entre seguir adelante con una chica veinte años más joven que él o aferrarse al «qué dirán” y optar por intentar recuperar a su anterior pareja. Michela Quattrociocche, que embelesa con su preciosa mirada, su encantadora sonrisa y una voz dulce (en versión original, claro está), debuta en el cine con notable en este romance que verá extendida su historia con la secuela Scusa ma ti voglio sposare.
La música de la película juega un papel destacado en el progreso de la misma, destacando de entre todos los buenos temas que suenan en ella, el homónimo compuesto por la banda italiana Sugarfree, que copa toda una exquisita selección de canciones que se convertirán en el perfecto acompañante de la película durante toda su duración.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
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