Soy Nevenka (2024): “Que no se callen, que lo cuenten”

Durante el año 2000, Nevenka Fernández, una joven concejala del Ayuntamiento de Ponferrada fue perseguida y violentada por parte del alcalde. Cuando Nevenka decidió denunciar, todo el mundo que había sido testigo de todos esos abusos, le dio la espalda, haciendo así que todo se someta a un gran juicio público.

Película basada en hechos reales y que fue la precursora del movimiento #MeToo en España. Icíar Bollaín repite en San Sebastián después de llevarse el premio “Cine Vasco” en 2021, por la maravillosa Maixabel. Una película truculenta y mordaz que nos encandiló a todos. El otro día presentó Soy Nevenka, una película también basada en hechos reales que convirtió el Kursaal, en una celebración total de nuestro cine y una oda a la libertad.

Empezaré yendo al grano directamente porque no tenía pensado dar muchos rodeos con esta crítica. Soy Nevenka ha sido un absoluto éxito en el festival y muchos ya hablan de que podría ser la ganadora de la Concha de Oro compitiendo con el documental de Albert Serra, Tardes de Soledad. Todo se verá, pero sin duda el cartel de este año es digno de admirar, lo mires por donde lo mires.

Soy Nevenka es una muy buena película y ya no es que sea un film de la mismísima Icíar Bollaín, es que es una historia que merecía ser contada. Es una película valiente e importante. A Nevenka Fernández le hacía falta que alguien contara su historia de esta manera así que en su medida también estamos hablando de una película que es justa.Su reparto e interpretaciones son seguramente lo más destacable de la película. Pero si hay que mencionar a algunos de los actores y actrices en especial hay que hablar de Mireia Oriol, que retrata perfectamente lo que fue el infierno que vivió nuestra protagonista dando una actuación memorable, y también a Urko Olazábal que su actuación es tan sumamente terrorífica, que cuando escuchas su voz la sangre se te hiela por completo.

Su duración es perfecta en este caso, ya que no es una película que se alargue mucho ni busque florituras externas para dar más de lo que debe ser. Estamos hablando de 1h y 40m donde empatizas con todo lo que le sucede a nuestra protagonista. Donde hay un guion y unos diálogos muy potentes y sobre todo una puesta en escena sobresaliente.

Pocas cosas malas puedo decir de Soy Nevenka, pero si hay alguna que me chirría un poco es su acelerado final. Estamos delante del típico final de biopic donde las letras contando lo que sucede al final aparecen en la pantalla, pero, parece que todo lo que tiene que ver con el juicio, se lo quitan muy rápido de encima. Me gustaría que, durante esa parte, la directora se hubiera parado a dejar reposar las escenas y las hubiera contado con más paciencia. Pero eso va a gusto de consumidor, como ya sabéis.

En resumen, Soy Nevenka está destinada a triunfar en las salas de nuestro país y tiene un motivo enorme detrás. Es absolutamente arrolladora y fantástica.

Ver está película en el Kursaal durante el Festival de San Sebastián acompañado de todo el elenco principal, incluida Nevenka Fernández, ha sido uno de los momentos más bonitos y emotivos que yo recuerdo haber vivido en un cine y doy gracias por ello.
Y como dijo Nevenka. “Que no se callen, que lo cuenten”

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de San Sebastián 2024