命案 (Ming Àn) (Soi Cheang, 2023) – 109 min. –
Mad Fate (Título internacional)

Un adivinador chino, intentara cambiar el destino de un pobre joven que va a acabar en la cárcel, mientras se enfrenta a sus propios demonios.

Interesante propuesta china. Muy centrada en el mundo del misticismo y la adivinación. Dirigida por Soi Cheang (que ya nos había traído Limbo, Spl2 y Motoriza anteriormente al Festival de Sitges).

Puede parecer que tenemos un thriller ante nosotros, con un asesino que sólo ataca prostitutas, debido a un trauma de su juventud. Pero este elemento es solo una excusa para la trama, no siendo realmente importante y casi podríamos considerarlo un engranaje más de esta maquinaria.

 

La película nos ofrece por una parte un repaso de las tradiciones adivinatorias y misticismo chino. Con lanzamiento de monedas, elaboración de cartas astrales, uso de moneda espiritual, rituales de protección, elaboración de talismanes, feng shui… Muy muy completo (y seguramente habrán muchos elementos que se nos pasarán desapercibidos por el hecho de no ser parte de esa cultura). Por otro lado la sección con más peso es la lucha contra el destino.

El eterno enfrentamiento del ser humano contra el destino fijado en las estrellas forma parte de todas las tragedias que merecen ser así llamadas. Lo interesante es ver como el hombre se ve atrapado en ello por el hecho de creer. La necesidad de buscar respuestas a las grandes preguntas y a lo desconocido empuja a la humanidad a la superstición. La superstición se vuelve realidad a base de repetición y fe. La película nos hablará de la desesperación que produce el creer que todo esta determinado y las increíbles proezas que se llevan a cabo para intentar cambiar algo inmodificable a priori.Un detalle que me parece divertido es el hecho de mencionar que ante la adivinación todo esta ya determinado. Pero dentro de esa determinación se puede obrar para modificarlo todo. Como fingiendo la propia muerte, dejándose poseer, viviendo en una celda para evitar ir a la cárcel…

Como se ha dicho, conocer tu propio destino te elimina el libre albedrío, pero creer cual es tu destino es aún peor. Ya que te elimina la posibilidad de la resignación.

Es esta paradoja la que guía la película. Con un vidente que sabe que se volverá loco y lucha con todas sus fuerzas y ninguna posibilidad para evitarlo. Y un joven obsesionado con los cuchillos que quiere evitar ir a la cárcel con todas sus fuerzas (aunque con el rostro que tiene, aún acabará antes con una estaca en el corazón). Siendo esta lucha la que producirá no pocas risas ante la historia. Es justo este sentido cómico el que permite que la película tenga un mínimo de ritmo y no se vuelva algo infumable. Pasando de algo aburrido a una tragedia interesante.Tragedia en la que parece que el elemento opositor sea el mismo Dios. Ya que ante todos los esfuerzos de nuestros protagonistas siempre la coincidencia, extraña e inverosímil se les oponga. Ante todo intento de nuestros dos protagonistas, parece que por muy sincero que sea , no haga más que ir todo a peor. Por mucho que nuestros personajes levanten el puño al cielo no les queda más que la resignación ante la realidad y asumir la idea de que ellos serán los únicos que pueden obrar para salvarse a si mismos y a los demás.

Destaco la labor de actuación de los dos personajes principales, que trasmiten muy bien el sufrimiento de su situación y la desesperación de notar que tienen los minutos contados antes del desastre que está predicho.

Delicioso el detalle final tarareando la banda sonora de «El puente sobre el rio Kwai» que trata sobre gente aprisionada obligada a hacer algo en contra de su voluntad. Un guiño final bonito.

Especialmente interesante si te gusta ver gente lanzando monedas al suelo o cortándose la frente.

La frase: «No te preocupes, dentro de un año te exorcizaré y habrás escapado a tu destino».

La escena: El intento de posesión en la morgue.

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2023

Nota del autor:

7,0 ███████ (Buena)


TRÁILER V.O.:

 

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente