Más allá de los dos minutos infinitos (2021): Ventana hacia el futuro, ventana hacia los problemas

Sinopsis: Una persona, que regenta una cafetería en Japón, descubre que la pantalla que tiene en su habitación y la que tiene en su cafetería en el piso de abajo tienen un desfase temporal entre ellas. Lo que vea en su habitación se producirá dos minutos en el futuro. Y a su vez en la cafetería estarán viendo los dos minutos de su pasado en la otra pantalla.

Simplemente, una genialidad, una obra brillante y perfectamente ejecutada. Tal vez de los mejores recuerdos que me lleve de este festival.

Una comedia blanca, ingeniosa que te va arrancando constantemente una sonrisa.

Estructurada como si fuera una falsa obra de teatro, por la actuación de sus interpretes (exageradísima) y el falso plano secuencia que va guiando la película. Que consigue que una trama repetitiva y predecible no te aburra y te mantenga pegado a la pantalla.

Lo cual es muy difícil, os explico el porque. El rodaje va saltando constantemente entre esos dos minutos pasados y presentes constantemente. Recordando sin perdón todas y cada una de las escenas que acabamos de ver, desde otro punto de vista y con un detalle extremo. Una y otra vez, justificando sin ningún ápice de fallo todo lo que vamos a ver. El trabajo de guion para coordinar todo eso es muy loable. Teniendo en cuenta que los bucles temporales van aumentando y disminuyendo a medida que avanza la historia.

Pensaba que a la segunda vez que pasara me aburriría o se verían los costurones. En absoluto, esta tan bien realizado que es justo lo que más atrae y más humor produce. Ver como van a resolver todos y cada uno de los enredos en los que se van metiendo es algo hilarante.

Ritmo rápido, ni una sola pausa, de corta duración, es perfecta. Estos japoneses lo han vuelto a hacer. Una buena forma de resarcirnos por el hecho de que este año no haya nada de geki cine en la parrilla de Sitges.

Como hacer que una película predecible, por su misma esencia, sea entretenida e interesante. Chúpate esa Nolan.

De esta hemos de remarcar la actuación de los actores, que por sus ademanes exagerados me recuerdan mucho a actores de teatro. Todos y cada uno de los personajes son creíbles, con sus manías y con apenas unos segundos para crear un personaje creíble y humano. Haciendo lo que cada uno de nosotros haría si tuviéramos esa oportunidad: Llamar a los colegas. Explorar posibilidades y hacer el subnormal, mucho, intensamente (para nuestro deleite).

Por ultimo el sublime trabajo de cámara. Ese falso plano secuencia de la película es precisamente su mejor herramienta. Y por lo que aparenta, todo rodado con un teléfono móvil. Increíble.

Y para los muy cafeteros, un giro final que recordara a la serie de Legends of Tomorrow, avisados estáis. El sentido del humor japonés es a veces algo digno de enmarcar.

A nivel conceptual, me encanta que traten un subtema poco tratado en las historias de ciencia ficción. Conocer el propio futuro te hace esclavo de el, puedes aprovecharte en tu beneficio, pero debes cumplirlo a rajatabla. De tu ingenio dependerá siempre encontrar los resquicios y eso a veces puede ser muy cruel. Pero… ¿Qué estaríais dispuestos a hacer para ir un par de minutos adelantados al resto de la humanidad?

La escena: La subida de escaleras para realizar el rescate. Vemos a un héroe de videojuego siendo equipado por sus compañeros a medida que se acerca a la escena de peligro.

La frase: «Nostradamus me mintió. Me sentí engañado».