Mandíbulas (2020): El camino de la aceptación

Sinopsis: Una nueva entrega surrealista del genial Quentin Dupieux (autor de grandes joyas como Wrong (2012), Rubber (2010), Réalité (2014) y Bajo arresto (2018)). Esta vez de corte más suave y aceptable, con toque de comedia fina, mucho más asequible para público que no este puesto en las aberraciones que suele prepararnos Quentin (que ha prometido nueva película para el año que viene y su presencia en Sitges).

Un par de colegas, simples y sencillos como las piedras, se embarcan en un viaje espiritual para entrenar a su nueva mascota. Que resulta ser una mosca del tamaño de un niño. Que compensa su aspecto, de mosca gigante, con el hecho de ser todo amor y cariño. El infante que toda familia disfuncional querría (ve todo desde un punto de vista diferente, vuela y se encarga de la basura… maravilloso!) 

Nuestros protagonistas pretenden entrenar a la inocente «Dominique» (la mosca) como un dron para que robe para ellos y hacerse ricos. Para abandonar la vida de tirados que tienen que les hace vivir casi como mendigos.

Pero la realidad tiene otras intenciones y el sabio debe saber como plegarse a ellas.

Y de eso en realidad va este film, de un par de personas, monjes budistas modernos, podríamos decir. Que recorren un camino que les enseña a aceptar todo lo que la realidad les ofrece sin apenas pestañear (literalmente). Preocupándose solo por lo realmente importante. Refugio, comida y un hombro en el que apoyarse.

Y que todo lo demás, todos los castillos en el aire que hacemos no son más importantes que una mosca. Especialmente una mosca a la que le das pastillas para dormir para que no se estrese.

Película muy corta (con lo cual mucho mejor) que arranca sonrisas y carcajadas constantes. Los sucesos que van ocurriendo y las genialidades de los actores van guiándote en ese viaje iniciático, no exento de alguna critica social muy hardcore (especialmente en la escena de los policías).

Una cinta plagada de momentos entrañables y que quedan grabados a fuego en la memoria (como la «biciunicornio» tirando de un coche, o la adquisición de la caravana).  Junto con una marioneta para la mosca que me parece una genialidad, por lo sencillo y eficiente. Nunca diréis que una mosca ha sido tan expresiva.

La escena: Cuando Dominique conoce a su futura comida y todo lo que implica.

La frase: «¡Toro!».