Once Upon a Time in… Hollywood (Quentin Tarantino, 2019) – 165 min.
Había una vez en Hollywood (Hispanoamérica)
La película no es mala. Tampoco es buena.
Erase una vez en Hollywood nos presenta la historia de un actor y su especialista, que en plena decadencia buscan cualquier oportunidad para sobrevivir. Tarantino nos mantiene entretenidos durante 165 minutos, al cabo de los cuales nuestros cerebros se preguntan si la película nos ha gustado y no saben que responderse.
Érase una vez en Hollywood tiene buenos actores, tiene tres escenas memorables y una historia que se podría narrar en un capítulo de 20 minutos. Es como si la película la hubiera escrito un bot en escritura automática y Tarantino escribiera los últimos 15 minutos.
Tarantino se desmelena y nos enseña una gran cantidad de primeros planos de pies sucios. (Y es que la excusa de meter hippies le sirve perfectamente para ello). (SPOILER ALERT, destacan las escenas de Sharon Tate yendo al cine a verse a sí misma, así como la de una de las hippies en un coche luciendo los pies sucios de no usar zapatos).
La película está plagada de humor y guiños referenciales al Hollywood de los 60-70. Esto no es malo en sí mismo, pero la explotación nostálgica parece que se pone por encima de un buen guión. Un actor interpretando a un actor que hace cosas de la vida cotidiana sin añadirle una temática argumental clara y fuerte es una pérdida de tiempo.
Tarantino juega con tus expectativas como espectador. Un ejemplo claro es cuando Dicaprio fuma mucho durante toda la película, tiene ataques de tos y escupe en varios momentos. Pero nada de abrir la línea argumental del cáncer, o lo que es lo mismo, una enfermedad de atrezzo.
Un punto divertido es el «Bromance» que se crea entre Dicaprio y Pitt, teniendo una de las mejores rupturas de pareja del cine después de la Vida de Adèle (2013). Por qué Tarantino nos muestra una relación de amistad que roza el esclavismo – rozar es un verbo suave – y su afectividad nos conmueve. “Más que amigos, menos que una mujer”, se llega a decir.
La banda sonora tampoco destaca (para qué, con hacer un recopilatorio de canciones de época tenemos suficiente). Estéticamente es bonita, recreando el Hollywood de aquel momento de una manera idílica y bucólica. Hubiera preferido estar ante un musical a lo La la land con un giro argumental final y mucha violencia. No sería algo esperado, renovaría su estilo y no estaríamos a la espera de que pase algo todo el rato.
Si no se tratase de Tarantino, nos parecería una buena película. Pero estamos hablando de un nombre reconocido con una trayectoria marcada y no de un señor europeo que acabamos de descubrir.
El sentimiento general al acabar el filme es de haber sido estafado con un refrito. Una historia sin argumento, donde se nos presentan el día a día de un personaje sin carisma ni sentimiento. Un intento continuo de forzar “una experiencia”, de esas filosofías en torno al cine que dejan la historia en un segundo plano para que lo importante sea el haber pasado por la butaca y poder decirlo (como si un nuevo episodio de Star Wars se tratase). La experiencia Érase una vez en Hollywood es como el deseo de unas vacaciones idílicas truncado por un turismo masificado y una sobreexplotación del espacio natural.
Mi veredicto es un 7 después de ver la película que va decreciendo en puntuación cada vez que piensas en ella. Como ese profesor cabrón que te recalifica según el nivel del aula. Y en esta aula está Reservoid Dogs y Pulp Fiction.
Distribuida en España por SONY PICTURES ESPAÑA
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
La película está en CARTELERA desde el 15 de agosto de 2019.
TRAILER: