Silent Hill (Christophe Gans, 2006) 127 min.
En el año 1999 se producía el lanzamiento al mercado del conocido videojuego Silent Hill. Tentado por su argumento y con el deseo de pasar un poco de miedo, alquilé esta opción obteniendo muy buenos resultados: aunque mi incompetencia me impidió pasarme aquel juego en el tiempo que lo dispuse, recuerdo haber disfrutado enormemente con él. El terror invadió mis sensaciones y su atmósfera me agobió hasta tal punto que creo que ese fue el motivo por el cual no pude continuar las fases. Hasta el momento, no recuerdo ningún otro juego que haya pasado por mis manos que haya conseguido transmitirme de la misma forma el horror opresivo y desesperadas impresiones que sí me hizo llegar el citado trabajo de Konami, que fue el primero de lo que hoy es una extensa e intensa trilogía compuesta por hasta ocho títulos y otras tantas variantes para varias plataformas.
El director Christophe Gans, que no era nuevo en esto del terror, habiendo realizado años atrás El libro de los muertos (1993) y El pacto de los lobos (2001), se tiraba a la piscina varios años después, arriesgándose con un peligroso triple salto mortal: ese que siempre hace rodar cabezas en la industria cinematográfica al convertir un videojuego en película. Para llegar a esto, Gans conduce sobre un camino tan lleno de carencias como de virtudes y aplausos, obteniendo como resultado la sobriedad de un producto sumamente interesante que a pesar de aprobar como adaptación, no logra deshacerse de las garras de muchas equivocaciones y fallos que van extendiéndose a lo largo de la duración de esta película.
Para aquellos que no recuerden o simplemente desconozcan la trama que da pie a esta historia, decir que se centra en las vivencias de una madre, Rose (Radha Mitchell) y su hija adoptiva Sharon (Jodelle Ferland), quien padece una extraña enfermedad que le hace abandonar de un chispazo su estado mental normal, para correr con miedo -y sin ser consciente ni de dónde está- pronunciando las palabras “Silent Hill”. La intriga de Rose sobre la obsesión de su hija le lleva a tomar una determinación: conocer el pueblo que lleva ese nombre. Un lugar completamente abandonado, incluido en los listados de pueblos fantasma de Norteamérica. Un lugar en el que buscar respuestas que aclaren el misterioso comportamiento de la niña. Pero un accidente mientras se dirigía al lugar, se interpone entre sus intenciones, y Rose aparece inconsciente en mitad de la nada, bajo un extraño manto blanco de nieve de ceniza y con la desagradable sorpresa de que su hija, ha desaparecido.
Toca ir en su búsqueda, en mitad de un panorama desolador, agobiante e infinitamente enigmático. Una agente de policía de carretera, Cybil Bennett (Laurie Holden) prestará su colaboración a Rose.
Los hechos que dan pie a crear ciertas situaciones parecen, muchas veces, demasiado impuestos. Se nota lo forzado de algunas escenas, especialmente del primer tramo, que dan un endeble espectáculo al intentar encontrar lógica en las acciones de Rose. Además, otras tantas veces se concede a la protagonista el beneficio de lo que en el juego sería “modo fácil”: sorprende cómo resuelve muchas situaciones extremas con una completa sencillez. En otras tantas ocasiones, lo previsible del resultado de una escena, es palpable.
Además, la actriz que desempeña este trabajo, Radha Mitchell (The crazies, 2010), no llega al aprobado, con todo un concierto de inexpresividad y total falta de sorpresa en su rostro cuando los acontecimientos así lo deberían marcar. Exceptuando uno de los últimos ‘sprints’ de la cinta, Mitchell no logra abandonar lo irregular de una interpretación olvidable. Afortunadamente, está Laurie Holden (The Majestic, 2001), quien da vida a la agente de policía a la que mejor le sienta el uniforme de la historia del cine. Cumple con una corrección bastante amplia con su trabajo, y supera en mucho al del resto del reparto, pero cuesta asumir que una agente de policía de algún recóndito pueblo norteamericano sea una modelo con pistola: al menos, podrían haberle cambiado esa sexy indumentaria de cuero negro, pero así es como este personaje aparece en el videojuego. Alice Krige (Skin, 2008) como Christabella, es quizá la segunda que mejor lo hace del filme. La niña, Jodelle Ferland (Tideland, 2005), también cumple -en parte- con su papel, dentro de los límites de la corrección, al igual que Deborah Kara Unger (The Way, 2010), como la misteriosa mujer.
Desde luego, no todo es malo en esta cinta, ya que de ser así, sería absurdo que un servidor le concediese un siete de nota. La película vive en un estado de tensión creciente y la excelente ambientación de la ciudad es uno de los factores que también contribuyen a la creación de esa irregular atmósfera que envuelve a sus protagonistas y pretende hacer lo propio con el espectador. Es una pena que se haya preferido casi por completo rodar en los interiores del misterioso y emblemático pueblo, en detrimento de mostrar sus calles, que son lo mejor que aparece en la película y lo más carismático del videojuego.
¿Estamos ante una buena adaptación de un videojuego? Sí. Pero algunas partes débiles citados rompen su armonía como película y hacen que únicamente -que ya es mucho- podamos disfrutarla con interés, pues la cinta se deja ver muy bien mientras entretiene con dignidad. No cae en muchos tópicos del cine de estas características (claro, el argumento de los de Konami es bestial) y sorprende desde unos efectos visuales alucinantes. Las cosas que no cuadran en esta película se dan la mano con escenas poderosas que en ocasiones siguen oliendo al juego en el que se basan, y un guión bastante aceptable, a pesar de que no ayude a situar al espectador en esta historia: es muy poco explicativo y los dos únicos flasbacks que incluye con la idea de hacernos comprender qué pasa y por qué, son meras postales que muy bonitas quedan, pero que muy poco aclaran.
El compositor de música para videojuegos, el japonés Akira Yamaoka, se trae sus extraordinarios compases de la saga de Silent Hill a esta película, haciendo que este apartado cumpla en su tarea -a veces consigue estremecer- e incluso aporte temas de agradecida audición.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
TRÁILER – V.O.S.
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