Título original: L’ amico di famiglia
País: Italia
Primera proyección: Francia, 25 May. 2006 (Festival de Cannes)
Duración: 102 min.
Director: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino
Música: Teho Teardo
“[…] Fascinante drama en el Sorrentino nuevamente deja constancia de su gran capacidad para la elaboración de personajes controvertidos, siniestros, metódicos, peculiares y con todo un mundo oscuro a sus espaldas […]”
Después de «Las consecuencias del amor» (2004) y sirviendo de antesala para su cinta más reconocida, «Il Divo» (2008), Paolo Sorrentino sorprende con este fascinante drama en el que nuevamente deja constancia de su gran capacidad para la elaboración de personajes controvertidos, siniestros, metódicos, peculiares y con todo un mundo oscuro a sus espaldas que espera ser desvelado por el espectador, como el ocultado por el protagonista de la historia de «El amigo de la familia«, un usurero que hace las veces de sastre o más bien dispone de ese negocio como una tapadera de lo que se encuentra detrás, que es todo un ejercicio de pequeños préstamos relativamente menores que Geremia (Giacomo Rizzo) concede a quienes lo necesitan con unas comisiones bestiales y para colmo creyéndose caritativo por el trabajo que realiza “para la comunidad”.
Geremia cautiva por la aparente pobreza moral de su despechado personaje, sin sentido de la amistad, y por lo monstruoso de su figura movida con una peculiar forma de andar. Su total ausencia de belleza se ve acentuada por un brazo escayolado y un inseparable manojo de llaves amarrado por un mosquetón que cuelga junto a su bolsillo. Es calculador, muy inteligente y vive aparentando una pobreza infinita, con su madre enferma y obesa tirada en la cama, viendo todo el día la televisión en una casa triste y mugrienta, hogar incomprensible para alguien que vive de prestar su dinero al prójimo con la idea de multiplicarlo. Acompañado de su fiel escudero Gino (Fabrizio Bentivoglio), que le ayuda en su trabajo, y escoltado por dos mellizos que bien pueden recordar a los célebres hermanos que componen el dúo de cantantes sevillanos “Los del Río”, Geremia disfruta haciendo girar su vida en torno a lo económico y la tacañería, rebuscando entre el césped del parque relojes abandonados cuando nada le costaría agenciarse él uno mismo con dinero de su bolsillo.
Con todo lo citado, esta película se propone el reto de ofrecer una visión tan original como moralista de un desarrapado personaje que encontrará en el espectador igualadas dosis de amor y odio, encuadrados todos los elementos de la película en una atmósfera inquieta que inicia su recorrido con unas primeras escenas que aparentemente, no nos dicen nada. Pero Sorrentino, como buen genio y exponente del mejor cine contemporáneo italiano, sabe cómo jugar a esto que se llama cine, dando como resultado una encantadora película que sin duda puede perdurar en la retina de muchos. La hipocresía y la mezquindad se verán entrelazadas con la búsqueda del significado de la palabra amistad y la confianza plena sobre una persona. Un humor muy negro bañará algunos de los muchos buenos momentos de los que dispone esta película, que en su totalidad es una notable obra, lección de calidad de gran cine europeo.
Evidentemente, para que una historia centrada en un sólo personaje funcione, la interpretación del mismo debe rayar a la altura necesitada. Giacomo Rizzo no sólo cumple con este requisito sino que se sale del papel con su Geremia, comiéndose todos los minutos en los que aparece y consiguiendo que al menos un servidor sienta más admiración que desprecio por su indescifrable personaje. Gran trabajo por parte del italiano. La preciosidad de Laura Chiatti aparecerá con firmeza y corrección en la historia como Rosalba De Luca, la hija de un matrimonio endeudado con Geremia que terminará por relacionarse de alguna manera con el citado personaje. Los momentos protagonizados por ambos, aunque bien labrados, son quizá la parte menos interesante del filme. Por último, aunque no menos importante y olvidándome a muchos secundarios, Fabrizio Bentivoglio como Gino, un melancólico amante de la música y la moda country que sueña con dejar su “rancho” italiano y marchar a Tenesse. Su trabajo es, después del de Rizzo, el más destacado de la cinta, contagiando al espectador la tristeza de su personaje y consiguiendo que aquel que visione la película se interese por su papel.
El apartado musical es toda una garantía del bueno de Teho Teardo, que posteriormente repetiría colaboración con Sorrentino en «Il Divo» emulando la calidad de los compases presentados en «L’Amico di famiglia«, cargados de sentido, ironía y frescura. Destacan además los temas «The man with the red face» de Laurent Garnier, «My lady story» de Anthony and the Johnsons y «Over the pond» de The Album Leaf.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
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