Embryo Larva Butterfly (Kyros Papavassiliou, 2023) – 91 min. –
En una región el tiempo ha dejado de transcurrir de forma lineal, sino abstracta. Un día deja de seguir a otro. Sumiendo la vida en un estado de determinismo y tristeza.
Sin explicación ni ninguna intención de descubrir el porqué, de repente en una zona el tiempo deja de transcurrir linealmente. Un día puedes tener 30 años, al día siguiente 15 u 89. Todo el mundo sigue ese mismo marco temporal, con lo que envejecen de golpe o rejuvenecen de golpe de la misma forma que a ti te pase. Puedes acabar de nacer un día y al siguiente estar muerto, para estar en el colegio al siguiente.
Una premisa fascinante que ira siguiendo la vida de una pareja. Su vida, el nacimiento de su amor. Su drama. Todo en una película de ritmo muy lento, que se toma su tiempo y va poniendo ideas en tu cabeza.
Metraje que aprecio más por todas las preguntas e ideas que plantea y por su originalidad que por como las desarrolla, ya que opta por el drama familiar y la perdida del amor.
Pensadlo, un día puedes estar muerto y al día siguiente estar en el jardín de infancia. Resolver las grandes cuestiones estaría al alcance. Puedes enamorarte de una persona, de la que el día anterior estabas separándote. Y siempre, en todo momento los personajes son conscientes, no se olvidan (salvo que se quieran). Todo esta teñido de un tapiz de determinismo y dolor. Las cosas se hacen por el hecho de que se deben hacer, o mejor dicho, se van a hacer. Me recuerda a la trampa del destino a la que se ve sumido el personaje de «Dr. Manhattan» en la novela gráfica de Watchmen. Omnipotente y omnisciente pero incapaz de cambiar la posición de una sola mota de polvo.La humanidad, lejos de huir de la zona (siendo capaces) prefieren quedarse en sus hogares, sufriendo ese tiempo abstracto, como ellos le llaman. Volviéndose seres, conceptualmente, cercanos a Dios, ya que son omniscientes, pero no por saberlo todo, sino por haberlo vivido, por saber que sucederá, incluso antes de haberlo vivido. Y aún así, siguen con su farsa, mantienen el teatro de sus vidas sabiendo qué deben hacer. Como cuando tienen relaciones sexuales con alguien del que saben bien que van a cortar la relación en un futuro.
Nadie nunca intenta cambiar el futuro, sabiéndolo. Porque es el futuro, no una posibilidad. Se plantea la posibilidad durante la película, y que pueda ser la causa de una suerte de catatonias que les ocurren a algunos ciudadanos. Pero nadie nunca lo explota realmente.De una forma hermosa narran el drama de sus vidas con sentencia de muerte realizándose preguntas sobre cómo se sienten (¿tristeza? ¿amor? ¿pesar? ¿cansancio?) y ellos deben responder si esas sensaciones pertenecen al pasado, presente o futuro. Para que el interlocutor, que somos nosotros, sea consciente de en que marco estamos ambos.
Grandes ideas, grandes preguntas, una bella premisa, pero que le echo muy en cara no haberlas explorado adecuadamente. Simplemente plantando semillas que luego no son cosechadas ni conducen a nada. Como la historia sobre el hijo, que pudiendo sacarse oro puro de ella, nos quedamos en nada. Tanto hablar sobre el hijo, tanto desarrollo, para nada. Una escena final de un parto en un parque (que bien me recordaba al inicio de El perfume) que no llega a impactar, que se queda en nada, no remueve nada en el espectador. Potencial desperdiciado.
Podría pensar que es por el hecho de tener más buenas ideas que presupuesto. Pero no se le pide efectos especiales a esta película. Que podría resumirse en «dos personas hablando mientras envejecen y rejuvenecen», cierto, pero podría haber sido mucho más.
Las interpretaciones, lacónicas, tristes, son más que adecuadas para la historia que nos atañe. No se les pedía más. Pero, aun así, se permiten momentos de brillo. Como en la visita al ministerio temporal. Donde el examen para ver si están realmente allí, y vivos, consiste en lo que podríamos llamar un casting interpretativo.
Una película salpicada de grandes razonamientos, pero que por desgracia no se explotan como se debería. Sólo con una de sus ideas, daría para una película entera. Solo con el transito entre el tiempo lineal y el abstracto, tendríamos hasta una serie entera si forzamos.
La frase: «Cuando se inmiscuye el ministerio temporal, todo se vuelve confuso».
La escena: El momento en que el ministerio temporal informa a la protagonista sobre que ha pasado con su hijo.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2023
Nota del autor:
6,0 █████████ (Correcta)
TRÁILER V.O.: