Shorta (Anders Ølholm, Frederik Louis Hviid, 2020) – 108 min. –
Dos agentes de diferentes generaciones y valores son asignados para hacer patrulla juntos. Hay tensión en el ambiente de comisaría ya que la intervención policial ha causado graves daños a un joven recientemente. Cuando la patrulla entra en el barrio Svalegarden, el más veterano alega que eso ya no es Dinamarca. Y aunque se puedan cuestionar sus motivaciones, tiene razón, es de esos sitios con una ley e idiosincrasia propias que ha generado su propio ecosistema.
Tras un registro aleatorio a un chaval que pasaba por allí, terminando en tensión y con el chaval detenido, el coche patrulla es atacado por un grupo de gente con piedras y los policías se ven obligados a abandonar el coche . Desde este momento y con la ayuda de su detenido han de sobrevivir a un barrio completamente hostil.
En la intensa jornada que transcurre con ellos atrapados podemos ver varias capas del comportamiento humano y del sistema. Los chicos del barrio están abandonados y no tienen apoyos, los policías están dejados a su suerte ya que nadie quiere entrar a ese barrio y ni siquiera pueden confiar el uno en el otro, es un sálvese quien pueda en una jungla de asfalto.
La película es efectiva en el ritmo y la tensión. Los personajes están bien dibujados e interpretados. Funciona bien como thriller de supervivencia en un espacio limitado, con personas puestas al límite descubriendo que quizá no son lo que se dicen a si mismos que son cuando se ven en ciertos aprietos.
7,0 ███████ (Buena)
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