Cicada (Matthew Fifer, Kieran Mulcare, 2020) – 96 min.
Cicada nos guía por la vida de Ben (Matthew Fifer), un joven bisexual, introvertido y apático que experimenta una constante de encuentros sexuales sin ninguna expectativa, hasta que conoce a Sam (Sheldon D. Brown), un muchacho de éxito aún en el armario para el mundo exterior.
Nada más empezar, conocemos el día a día de Ben, encerrado la mayor parte del tiempo, nada hablador, y su facilidad por conseguir encuentros tanto con chicos como con chicas sin más intención que lo que parece ser una vía de escape.
Tratando de animarlo, enseguida conoceremos a su hermana y su madre, quienes le brindan un amor incondicional y una preocupación propia de una familia cariñosa.
Sin esperarlo, conoce a Sam en un puesto exterior de una librería, y la química entre ellos es inevitable e inconfundible. Ben picará algo de piedra hasta poder llegar al corazón de Sam, lo que sin darse cuenta, hará que se abra el mismo permitiéndose de nuevo sentir algo más por alguien.
Viviremos con ellos los inicios de una bonita relación, la presentación en sus entornos, como pueden ser la familia y los amigos, y nos presenciaremos las primeras discusiones fruto de las inseguridades.
Poco a poco nos presentan el mundo interior de cada uno de ellos, ambas historias por separado, de una manera muy fluida, que acaban interconectando se para formar el camino hacia lo que les deparará. Cada minuto que corre, nos adentramos más en las heridas de Sam, realizadas por su condición racial, como hombre afroamericano y sexual, como gay, llevándolo a desconfiar del mundo, encerrando la relación entre 4 paredes, sin terminar de creer que Ben pueda estar por él por amor y no por inclusión o moda, mientras ha de superar un trauma reciente.
Por otra parte, de modo mucho más sutil y misterioso recorremos la mente de Ben, abiertamente bisexual, pero con un pasado que mantiene oculto y cerrado herméticamente que será la clave de su evolución.
La importancia de su crecimiento personal, sucede en la misma época en la que se está llevando a cabo el famoso juicio de Sandusky, que nos sitúa muy bien en el transcurso del tiempo dentro de la película, entre otras notas relevantes.
La película, guionizada por la pareja formada por Matthew Fifer y Sheldon D. Brown, resulta ser ni más ni menos que su propia historia; la experiencia de cada uno de ellos en su relación y la superación de sus traumas con la ayuda del otro como palanca de apoyo.
De una manera consciente, fluida y suave, nos explica cada apartado con exactitud, manteniendo la tensión justa y la intriga del espectador.
Con una narrativa muy bien llevada, esta película carece de un diálogo extenso y sobre explicativo, ya que no lo necesita. La actuación y la banda sonora nos permiten saber qué sucede y que sienten estos personajes a través de su duelo. La actuación por parte de los chicos es muy destacable, ya que cuentan con el conocimiento base de la situación.
Nos permiten espacios relajados para asimilar los acontecimientos, con una fotografía delicada, con colores muy suaves y atenuados, típicos de la fotografía de verano.
Juega muy bien con la variedad de planos, tanto en diálogos, como en ambientes para ayudarnos a ver la intención de los directores.
En resumen, es una película introspectiva llena de sensibilidad, y romanticismo, sin caer en los clichés típicos, de cierta complejidad, muy bien llevada a cabo.
Vista con PASE DE PRENSA en la Mostra FIRE!! 2021 en el Instituto Francés de Barcelona.
Nota del autor:
9,0 ████████ (Excelente)
TRÁILER