Spectre se presenta como el colofón final de una trama que, sin hacer mucho ruido y pasando casi inadvertida, siempre ha estado presente en las anteriores entregas encarnadas por Daniel Craig. Y no han sido pocas las “migas de pan” que han ido dejando. En Quantum Of Solace (2008) es donde mejor se aprecia, muy sutilmente, de que existe un enemigo muy superior y desconocido que conoce demasiado bien al M16 y que está infiltrado en todos los lugares y ámbitos.
Un puzle que acaba aquí, en Spectre, en la que James Bond deberá descubrir quién es esa persona que tanto daño le ha hecho en su vida. Paralelamente, el M16 empieza a sufrir un proceso de desmantelamiento acelerado al considerarse que está quedándose obsoleto, ya que se quiere introducir un nuevo sistema de control mundial, algo sospechoso para el propio Bond y los miembros del servicio de su Majestad.
Puesto que nos encontramos ante lo que puede ser un final de ciclo, o por lo menos como bien he mencionado más arriba, el cierre de una gran trama (la organización Spectre), el film puede considerarse que está al nivel de la primera entrega, Casino Royale (2006). Haciendo elocuencia de su estilo y la preferencia por la elegancia, todo ello mezclado con sus debidas dosis de acción, las cuales nunca pueden faltar, hacen que Spectre no pierda nada en esencia. No obstante, quizás nos encontramos ante la entrega más oscura del hasta ahora último James Bond. Sino por lo menos la primera mitad del film, la cual coge unos tintes oscuros al adentrarse hasta lo más profundo de la red neurálgica que confecciona Spectre.
Puestos a evaluar a Daniel Craig como James Bond nuevamente, el actor demuestra estar sobradamente a la altura y estar perfectamente cualificado para interpretar por lo menos un par de veces más al agente secreto más famoso de todos los tiempos. Me duele y me fastidia ver o escuchar los rumores de que es probable que nos encontremos ante el último film de Craig como Bond, como si precipitadamente se lo quisieran quitar de encima. En todo caso, son ya casi diez años enfundándose el traje de espía y nunca son pocos los candidatos que desean ser el nuevo Bond. Yo espero que continúe. Me parece un buen Bond y que además ha sabido revitalizar una franquicia que va bien encaminada. No tiene porque ser un inconveniente hacer más películas, sino ahí está Roger Moore con sus siete entregas. Por lo que concierne al villano de esta entrega, la responsabilidad recae en Christoph Waltz, quien ya es todo un maestro en eso de ser un antagonista. Oberhauser es su nombre y es el líder de la secreta y temida organización Spectre, siendo él quien mueve todos los hilos con unos estupendos dones maquiavélicos que no dejaran indiferente a nadie. El resto de secundarios también cumplen con nota.
Desde Q, a quien ya nos presentaron en Skyfall (2012) encarnado por Ben Whisaw y que en esta nueva entrega se nos da más a conocer, hasta Rory Kinnear, el cual da vida a Tanner, el informador personal de Bond. Quizás el chasco más grande sea Mónica Bellucci, notándose que cuando hay cheques de dinero de por medio, no importa la edad que se tenga para llegar a tiempo y aparecer como chica Bond. Agrada mucho la interpretación de Andrew Scott, el cual no nos hace olvidar su emblemático personaje de Moriarty de la serie Sherlock (2010-Actualidad), nutriéndose mucho de ello para ejercer de C, siendo el personaje que estará al frente de la remodelación del M16.
Spectre engloba lo mejor de las anteriores entregas protagonizadas por Daniel Craig, acogiendo la expectación de resolver todos los misterios que quedaban por resolver. Y en ello enfatiza mucho el film de Sam Mendes en no pocas ocasiones haciendo recordar a Bond todos los villanos y seres queridos que ha dejado atrás o ha perdido. Quizás es la entrega más oscura y sentimental, pero a su vez es la que también pone más al límite a James Bond.
Distribuida en España por SONY PICTURES RELEASING ESPAÑA
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
Película en CARTELERA a partir del 6 de noviembre de 2015.
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