“[…] es desgarradora, tenaz y clarividente […] Gustará a gente con sentido del humor agobiada por los grandes pasos que obliga a dar la vida a cualquier edad […] es ficción que conciencia, golpea y denuncia sin tomar posición en ningún momento […]«
Cuatro curas conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la atenta mirada y el cuidado de una mujer. Los curas viven en una especie de casa de retiro, a la que han sido enviados para purgar sus pecados. La llegada de un quinto cura, y con él la de un hombre que lo persigue, trae de vuelta un pasado que los habitantes de la casa parecían haber olvidado. Todos se ven obligados -cada uno a su manera- a enfrentarse con esos fantasmas que se materializan en la figura de un guía espiritual que los interroga una y otra vez.
Pablo Larraín (Post Mortem, 2010) disecciona todas y cada una de las cuestionables prácticas que los miembros eclesiásticos han llevado a cabo a lo largo de los tiempos. El relato se desarrolla en Chile, mas es universal. La neblina y los siempre grisáceos tonos de la paleta cromática favorecen una sensación de desasosiego, que únicamente desaparece cuando el afilado humor negro toma presencia.
Cada uno de los curas carga con sus propios pecados, todos ellos de preocupante entidad. Como bien sabemos, algunos estratos sociales esquivan la ley, aunque nadie sepa muy bien por qué. Larraín nos hace creer que hay personas éticamente incuestionables incluso en una institución que necesita un urgente lavado de cara. Sin embargo, nadie está libre de pecado.
La elección del elenco actoral es inmejorable, destacando por encima de todos un Alfredo Castro (No, 2012) descomunal. El Club es desgarradora, tenaz y clarividente. No obstante, su mensaje se repite una y otra vez a lo largo del metraje, haciendo así que en el tramo central no siempre se mantenga el interés.
Aún con los pequeños problemas que le veo, podría caer rendido ante su delicioso plano formal, pero sólo es en dos secuencias puntuales cuando deja de parecerme una buena película para rozar -aunque sea momentáneamente- la excelencia. De cualquier modo, es ficción que conciencia, golpea y denuncia sin tomar posición en ningún momento.
Distribuida en España por CARAMEL FILMS.
Vista en PASE DE PRENSA en Cines Renoir el 4 de septiembre, Madrid. (Pre-estreno)
Nota del autor:
6,5 ██████ (Correcta)
Película en CARTELERA a partir del 9 de octubre de 2015.
FICHA TÉCNICA
Título original: El Club / The Club (Título internacional)
País: Chile
Primera proyección: Alemania, 9 Febr. 2015 (Festival de Berlin)
Duración: 98 min.
Director: Pablo Larraín
Guion: Guillermo Calderón, Pablo Larraín, Daniel Villalobos
Música: Carlos Cabezas
Género: Drama.| Religión. Abusos sexuales.
Reparto: Roberto Farías, Antonia Zegers, Alfredo Castro, Alejandro Goic, Alejandro Sieveking, Jaime Vadell, Marcelo Alonso, Paola Lattus, Diego Muñoz, Erto Pantoja, Catalina Pulido, Francisco Reyes, José Soza, Gonzalo Valenzuela
TRÁILER
COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE
Luis Franceschi
Es una de las 76 seleccionadas para entrar en la categoría de «Mejor película de habla no inglesa» en los Oscars del 2016, una joya proveniente de las trágicas tierras de Chile y magistralmente orquestada por un Pablo Larraín más en forma que nunca, con la que podría ser catalogada como su mejor cinta hasta la fecha. Extremadamente dura, polémica y asfixiante una experiencia única y aterradora, que te hará cuestionarte muchas veces lo que está bien y lo que está mal y aun así nunca te ofrecerá una respuesta. En una acogedora casa en un poblado costero de Chile viven cuatro curas retirados y una monja que los custodia, pasan sus días en pacífica rutina, rezan, cantan y hasta entrenan a un galgo para que participe en las carreras del pueblo y así hacer algo de dinero, pero ¿Quiénes son estos hombres? ¿Qué hacen allí? ¿Qué fue lo que los llevó hasta ese lugar? Las respuestas a estas preguntas se irán revelando poco a poco cuando un día, llegue un nuevo sacerdote y un trágico evento obligue a la iglesia a intervenir el lugar, con la presencia de un investigador que escavará en lo más profundo de la psiquis y alma de estos hombres, en búsqueda de la verdad. Una especie de neblina recubre los fotogramas donde sus personajes confiesan sus pecados y el espectador funciona a manera de confesor, como queriendo representar esa parte de la iglesia que todos sabemos pero nadie quiere realmente ver. Sus testimonios están manchados de pedofilia, abusos de poder, las huellas de pasadas dictaduras, represión y odio. Son temas que no pueden ser tratados con delicadeza y Larraín lo sabe, así que no le temblará el pulso al momento de mostrar el lado más oscuro de estos hombres y de lo que representa la iglesia hoy en día, eso sí salpicando de humor ciertas secuencias para drenar esa tensión tan apabullante que ha creado minutos antes, toda una hazaña. Es complicado relatar con palabras como se consigue tocar temas así sin vincularse en el discurso, pero esto lo consigue «El club», donde nadie es juzgado a excepción de ellos mismos, todas las posibles miradas y verdades están servidas en el plato pero nadie está libre de pecado, es por eso que en sus minutos finales estamos ante la presencia de verdaderos seres humanos, que así como todos, con sus fallas y defectos, están buscando sobrevivir a cualquier costa. Una de las películas imprescindibles de este año y de la filmografía de este director chileno, de esas que no solo te dejan una lección de lo que es el buen cine y las diferentes herramientas cinematográficas que pueden utilizarse a la hora de narrar una historia tan demoledora, sino que también estás ante una representación de la vida misma, de lo complicado que es el ser humano y de lo que consideramos el bien y el mal, por algo el punto de partida de esta historia es una cita del Génesis: “Y vio Dios que la luz era buena, y separó a la luz de las tinieblas.». 10
Distribuida en España por CARAMEL FILMS.
Vista en PASE DE PRENSA en Cines Renoir Floridablanca el 6 de octubre, Barcelona.
