Título original: 風立ちぬ, Kaze tachinu (The Wind Rises)
Títulos alternativos: Se levanta el viento (México / Argentina)
País: Japón
Duración: 126 min.
Director: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki (Cómic: Hayao Miyazaki. Novela: Tatsuo Hori)
El sueño de la aviación.
Un chaval duerme plácidamente bajo su mosquitera en una casa tradicional japonesa. Sueña con surcar los cielos pilotando el más veloz de los aeroplanos, pero el viento, implacable, acaba por destruir su frágil nave.
Jiro Horikoshi sabe perfectamente que debido a su miopía nunca podrá pilotar un avión, pero lejos de deprimirse por ello estudiará el diseño de la aeronáutica hasta convertirse en el mayor de los ingenieros del Japón imperial.
A caballo entre el mundo de los sueños y la realidad e inspirado por genios de la época como el conde Gianni Caproni, artífice del singular barco volador Noviplano, o Hugo Junkers, creador de los aterradores bombarderos Stuka, nuestro protagonista tendrá que lidiar con las convulsiones de la época en plena carrera armamentística de la segunda guerra mundial.
El Japón de entreguerras.
Como es común en las películas del maestro Miyazaki la puesta en escena es impecable. Aparte de captar la esencia de la época con un ritmo pausado y relajante la película nos muestra imágenes como el catastrófico terremoto de Kanto en 1923 o la hambruna que provocó el éxodo de los aldeanos a la capital. Secuencias que no pasarán desapercibidas para el pueblo japonés. No obstante el comportamiento de nuestro protagonista es ejemplar en todo momento, reflejo del carácter nipón que nos muestra unas maneras y caballerosidad ya perdidas en nuestros días. Modales que con mucha paciencia le ayudarán a conquistar a su amada.
No pasan desapercibidas marcas que ya son de estilo para el autor, como el contraste del vital verdor con la furia que se refleja en la naturaleza o la aversión a la contaminación que se demuestra en el uso de la misma técnica gráfica para mostrar petróleo y la podredumbre en clara referencia a cintas anteriores. En esta obra Miyazaki infunde su estilo con una naturalidad inocente ya que siendo su “última” es la primera en varios aspectos, como en el uso de un joven como personaje principal o en la recreación de un hecho histórico mas allá de la pura fantasía como nos tiene acostumbrados.
Doryoku arigatou gozaimasu, Miyazaki-sensei.
Muchas gracias por su trabajo, maestro Miyazaki. Con esta cinta parece ser que se retira definitivamente uno de los grandes de la animación japonesa. Hayao Miyazaki ha sido alumno del proclamado “padre del manga” Osamu Tezuka, y co-fundador del estudio Ghibli, casa que ha servido como máximo referente en el sector desde su creación en 1985. Miyazaki-san, quien ya se había retirado anteriormente y fue forzado a volver tras la falta de relevo en la dirección de proyectos, ha trabajado en series como Heidi, Marco o Ana de las tejas verdes, que han marcado la infancia de varias generaciones. Ha firmado grandes películas como Mi vecino Totoro (1988), La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001), con la que cosecho el Oso de oro en la Berlinale y el Oscar a mejor película de animación en 2002.
Durante los últimos 30 años este autor nos ha deleitado con su singular modo de ver mundo, a través de la infancia, la naturaleza y el acogedor carácter humano y humanista que imprime en sus personajes. Ha logrado que cada una de sus obras sea recordada con el cariño artesanal con el que él las confecciona y por eso se le ha comparado merecidamente con grandes directores japoneses como Akira Kurosawa o Yasujiro Ozu.
Distribuida en España por VÉRTIGO
Vista en PASE DE PRENSA el 22 de Abril de 2014 en los Cines Verdi Park, Barcelona
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy Buena)
Película en CARTELERA a partir del 25 de Abril de 2014
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