LGEcine | No se aceptan devoluciones (2013): Buen rato de tópicos

Instructions Not Included (Eugenio Derbez, 2014) – 115 min

Ante nosotros tenemos la película latina más taquillera en EE.UU. Tratar una película así es complicado; los gringos no se caracterizan por dar máximas taquillas al cine de mayor calidad, menos cuando hablamos de una comedia. Pero sería injusto equiparar esta película a un Scary Movie cualquiera. No. Asentada sobre las bases de una comedia familiar y simpática se levanta una historia divertida con puntos emotivos, algunos puro cliché y otros, los menos, giros de guión sorprendentes.

No se aceptan devoluciones cuenta una historia de paternidad. Valentín (Eugenio Derbez) es un mujeriego al que un buen día, uno de sus ligues le deja un regalo que él no ha pedido: una hija. Con más buenas intenciones que capacidades reales para cuidar de la pequeña Maggie (Loreto Peralta), intenta llevar a la niña de vuelta con su madre a Los Angeles, pero las circunstancias harán que se quede allí con el bebé. Pronto la historia toma giros dramáticos, a veces telenovelescos, pero Eugenio Derbez, protagonista y director, tiene el acierto de dar la información al espectador con cuentagotas.

Derbez (Padre nuestro, 2007) es conocido en su país (México) por ser un polifacético actor capaz de desenvolverse con naturalidad con el drama y con la comedia. Pero en la balanza real, pesa algo más su faceta cómica, por ser fresca, tierna y algo irónica, frente a un drama que va más con la historia que con el personaje. Junto a él, una magnifica Loreto Peralta. La crítica coincide. No es la típica niña repelente de la gran pantalla. No pretende ser una monadita ñoña de la que sus papás se sientan orgullosos; el público la quiere tanto como su padre en la película. Porque sí, porque su interpretación fluye de forma natural y el resto, viene solo. El resto del elenco es más que correcto, creíble. Hay apenas un puñado de personajes clave en la película, pero cada uno tiene su función en la historia. El resultado es una mezcla entre telenovela de sucesos increíbles, casi una serie de catastróficas desdichas y una obra de teatro coral en la que las piezas encajan sin esfuerzo.

Se trata, por tanto, de un film ligero apto para pasar un buen rato. Una historia que goza de algo de frescura, pero que a la vez, peca de tópica. El problema al que se puede encontrar el espectador o espectadora que se esté planteando ver la película es hacerlo guiado por toda la propaganda que se ha hecho mediante las cifras de espectadores, de recaudación, y comparaciones nada merecidas como la del diario El Heraldo: «Sigue la estela de La vida es bella». Esto es exagerado y una falta de respeto para la mencionada. No tienen nada que ver, hay que ubicar este film correctamente si se quiere disfrutar de él en todo su esplendor: se trata de una comedia tierna con pinceladas de ternura, a veces naturales. Algo de ironía y parodia acaban de poner la guinda a un pastel que, sin duda, endulzará las tardes de más de uno.