Título original: Sangre de Mayo
País: España
Primera proyección:
 España. 03 Oct. 2008
Duración: 
152 min.
Director: 
José Luis Garci

Guión: José Luis Garci, Horacio Valcárce

Por más que le doy vueltas sigo sin poder comprender cómo es posible que “Sangre de Mayo”, a pesar de sus buenas críticas y excelente calidad, haya sido intencionadamente apartada del fácil alcance de cualquier mortal. En las páginas en las que los usuarios pueden registrarse para votar películas sale un promedio de notas cercano a lo ridículo. Han querido enterrarla, destruirla, hacerla mala sin serlo puesto que es una cinta, al menos a mi parecer, bastante buena. Por lo menos este servidor ha podido disfrutar con todo lo que su conjunto ha reflejado: no es una película épica y de acción sobre los acontecimientos que posteriormente desembocaron en la revolución que daría a España su independencia de los franceses, sino más que eso, un reflejo de las gentes de aquella época, madrileños o no, poderosos o humildes, caballeros o taberneros.

Es un pausado viaje a lo más profundo, cercano y sencillo del siglo en el que se desarrolla esta historia, inspirada en los textos de Galdós. Un cuento en el que se habla de amor, amistad, lealtad, patriotismo, supervivencia y mezquindad, habiendo cabida para que la sensualidad se alterne con lo heroico, y lo ruin de ciertas clases altas contraste con lo sublime de las obreras.

Probablemente haya pesado en muchos que este trabajo haya sido un encargo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Muchos detractores del partido político al que ésta pertenece no habrán sido capaces de digerir que desde la más alta institución madrileña se haya dictado el deseo de poder rememorar las hazañas y vivencias de unos héroes en una película dirigida por un gran director y profundo apasionado del cine como lo es José Luís Garci («El crack«, 1981). Además, hace un breve cameo (simplemente es una de las personas que aparece en un palco presenciando una de las primeras obras de teatro que se visualizan en la película) el periodista Luis Herrero, quien por un tiempo fue eurodiputado por el Partido Popular y que hoy es uno de los fundadores de esRadio, una de las emisoras más críticas con la izquierda de nuestro país. Pero por encima de todo, es amigo de Garci. Y claro, eso no vende. Podemos hartarnos a ver películas del «clan de la ceja» y el “no a la guerra” de los Bardem, podemos admitir las preferencias políticas izquierdistas o comunistas de cientos de actores y directores españoles, pero en cuanto uno huele medianamente a derecha, amigo, has muerto.

En “Sangre de Mayo” no hay izquierda ni derecha. Hay españoles. Unión. Pasión. Opresión de unos que quisieron hacerse con lo que es nuestro y salieron escaldados porque los madrileños tenían (y siguen teniendo) muy mala leche. Porque como todo español, no se dejan fácilmente amedrentar y porque entonces, más que ahora, amaban su país por encima de todas las cosas. El miedo que produce la ocasión de verlo todo perdido, con el país a manos de alguien que aquí no debía ni pinchar ni cortar, se acrecentaba. Y los ciudadanos se cabreaban. Ciudadanos. Con sus palos de escobas, herramientas, navajas y todo aquello con lo que pudieran hacerse para poner el freno a los franceses que lucían flamantes uniformes sobre esbeltos caballos. Toda esta vida, estas sensaciones, confusiones, temores y arrebatos, están firmemente representados en la película de Garci que aquí se cita. Bien es cierto que el trabajo en la dirección artística de Gil Parrondo es impresionante, captando los lugares madrileños más emblemáticos de siempre de una forma ejemplar. Todo huele a aquella época gracias a ello y a la dorada fotografía escogida para filmar la cinta.

En el apartado interpretativo tenemos a un muy buen elenco de actores que realizan, cada uno a su nivel, papeles más que gratos, y que vienen desde el excelente trabajo de Miguel Rellán («Compañeros«, 1998-2002), hasta el soberbio de un más breve Carlos Larrañaga o el más simplón correspondiente al protagonista, Quim Gutiérrez («Azuloscurocasinegro«, 2006), quien peca de cierta falta de expresión pero que aún así sabe sacar del paso su papel sin dejar mal sabor de boca. Tina Saínz («Cuando los niños vienen de Marsella«, 1974), Enrique Villén («La comunidad«, 2000), Paula Echevarría («El comisario«, 2002-2007), Manuel Galiana («Luz de domingo«, 2007), Ramón Lillo, un poderoso Manuel Tejada («Balada triste de trompeta«, 2010) y una maravillosa Natalia Millán («Policías, en el corazón de la calle«, 2000) conforman el resto de lo más destacado del reparto. La música, de Pablo Cervantes («Tiovivo C. 1950«, 2004) completa una partitura que llama a levantarse del sillón para luchar por lo que es tuyo: emociona, llena, enamora. Con todo lo citado, este es un álbum de pequeños momentos que, unidos todos, forman una gran hazaña, un fantástico recuerdo sobre el poderío de una nación, la española, que estando asfixiada contaba con fuerzas suficientes para luchar por su libertad.

Somos un país en el que los últimos que hablamos somos la gente de la calle. Todo lo tomamos con indiferencia y hasta que no nos llueve el lodo, no actuamos. Quizá entonces pasó esto, y teniendo los herreros, taberneros, limpiadores, agricultores y todos los humildes trabajadores la última palabra, la pronunciaron. Y muy alto.

Nota del autor:
8,0
 ████████ (Muy buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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