Black Swan /Darre Aronofsky, 2010) – 103 min
Desarrolla una historia sencilla, fantástica, ingenua y conocida, que trata como un cuento de hadas convencional, con brujas, brujos, embrujos, ensoñaciones, hadas y toques de horror. Explora el lado oscuro de los personajes, las situaciones y las relaciones interpersonales.
La película comienza con un sueño de la protagonista, que avisa sobre las intenciones del realizador. Hace uso de un estilo exuberante, subjetivo y barroco. Trata un conjunto amplio y extenso de temas, como la diferencia que se da entre perfeccionismo y perfección, el esfuerzo que exige el proceso creativo, el elogio del esfuerzo y de la superación personal, la exaltación del espíritu libre y sin prejuicios, la censura de la represión, del autoritarismo paternofilial y del temor al placer y la pasión, la evocación de la lucha entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas, la inocencia y la sensualidad, etc
El discurso contrapone las figuras paralelas del cisne blanco y del cisne negro. El primero simboliza la inocencia, la elegancia y la perfección. El segundo simboliza la sensualidad, la lujuria y la pasión. El lenguaje se presenta cuidado, bien trabajado y dotado de gran expresividad. Se apoya en refuerzos iconográficos (espejos, reflejos, palo para atrancar la puerta del dormitorio…), el recurso al misterio, algunas escenas de sexo justamente contenidas, incidencias inesperadas (mordisco en el labio…) y algunas imágenes rápidas de cine de terror.
Crea una atmósfera opresiva, agobiante y turbadora, de excelente factura. La película es absorbente y retiene la atención del espectador, al que sumerge en un espectáculo dramático de gran exhuberancia, que seduce los sentidos y crea emociones dignas de un buen trabajo.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
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