Navidades negras (1974): peli navideña de terror por excelencia

La Navidad, como cualquier otra festividad, trae consigo unas tradiciones y costumbres que año tras año repetimos respetando el ritual decembrino. Para los aficionados al cine de horror, sin duda debe haber una maratón de películas navideñas de terror en algún punto de su agenda para el último mes del año. Y es que tomarse el tiempo de ver títulos relacionados con esta celebración hace parte de dejarse contagiar del espíritu navideño, sea que visionemos la ‘tan mala que es buena’ Jack Frost (1997) o nos repitamos por enésima vez Home Alone.

Seleccionar qué se debe ver en esta fecha (y relacionado con el género de terror) no es tan difícil. Sin embargo, si me preguntaran cuál es el filme imprescindible para toda Navidad, el más destacado bajo esta temática, respondería, sin titubear, Black Christmas (Navidades negras), un clásico de culto protagonizado por Olivia Hussey.

Esta película posee dos grandes peculiaridades que por sí solas motivan a verla: en primer lugar, el director es Bob Clark, responsable de Porky’s (1981) y la horrible Unos peques geniales (1999), así que es grato ver cómo coqueteaba con el horror al inicio de su carrera; en segundo lugar, Black Christmas no sólo es una de las primeras películas en introducir el tema navideño al terror sino que es considerada, por muchos, la primera cinta slasher de la historia gracias a su aporte estético y narrativo plagado de elementos extraídos del giallo como el uso de planos en primera persona del asesino, mujeres jóvenes y bellas siendo las víctimas perfectas y una trama del tipo ‘whodunit’ (*).
(*) whodunit (deWho has done it?, «¿Quién lo ha hecho?») subgénero policiaco donde se proveen al lector los indicios acerca de la identidad del autor del delito, para que pueda deducirlo antes de la solución que se revela en las últimas páginas del libro. [Fuente: Wikipedia]
El guion de Roy Moore –al cual Clark menciona haberle realizado numerosos cambios como el agregar humor y eliminar muertes gráficas– retoma la leyenda urbana de ‘la niñera y el hombre de arriba’ ambientándola en una fraternidad femenina donde las chicas empiezan a angustiarse tras recibir una serie de llamadas de un acosador y, posteriormente, desaparecer una de las jóvenes.

El filme ha envejecido muy bien y, por lo tanto, continúa hasta el día de hoy logrando dos cosas de un modo maravilloso, un par de efectos básicos cuya simplicidad no opaca el trabajo duro que lleva generarlos: miedo y suspense. Desde su estreno en 1974, Black Christmas le ha causado pesadillas a distintas generaciones de cinéfilos con las llamadas telefónicas del asesino, el recurso más famoso de la película y que inspiró a otras producciones como Llama un extraño (1979). Es realmente tortuoso para el espectador escuchar el sonido del teléfono, sufrir unos segundos dudando de si se trata del acosador y luego verse obligado a soportar las terroríficas voces que éste produce.

El misterio en torno al asesino se encuentra muy bien trabajado. Muchas pistas falsas son dejadas a lo largo del metraje, la tensión que se genera entre la protagonista y su novio logran intensificar la duda y aunque en este punto la película pueda ser excesivamente simple, el suspense y la constante ansiedad que se puede sentir ante las tomas en primera persona de quien comete los asesinatos funcionan muy bien.

Black Christmas no necesita de artilugios y tretas complejas para atraer al público y hacerlo pasar un rato terrorífico. Es cine de horror directo, sencillo y atrapante. Aquel lector interesado en algo no convencional para estas festividades, debe ver urgentemente esta humilde pero aterradora película cuya efectividad es tanta que con tan solo un icónico plano de un ojo observando a la cámara a través de una rendija logro helar la piel de muchísimas personas.