Project Silence (2023): El planeta de los simios versión canina

Tras un megaaccidente en un puente coreano causado por una niebla muy densa los supervivientes se verán asediados por una jauría de perros asesinos.

Película de catástrofes coreana sin ninguna originalidad mezclada con una película de monstruos de bajo calado.

Como protagonista tenemos Ju Ji-hun que casi podemos considerar que es lo mejor de la misma (lo conoceréis de la serie Kingdom o las películas Hunt y Along with the gods).

Es una película pasable, que no aporta nada al género de catástrofes. Simplemente repite los mismos clichés uno detrás de otro. Una catástrofe, que va a empeorar. Un conjunto de humanitos que simplemente merecen ser exterminados por su poco aporte a la inteligencia global. Con los mismos papeles de siempre.

El buen padre, la niña lista, el rebelde fuera del sistema que se redime, los ancianos simpáticos que suelen ser un lastre, la pareja de amigas… suma y sigue. Conoces un cliché de película de catástrofes, ahí lo tienes. Ojo, que la película esta bien llevada, pero no aporta nada, al acabar la mezclareis con otras películas que habréis visto con total seguridad.

Tiene buen ritmo, muertes aceptables y algo de sangrecilla. Como película coreana que es, hay varios finales y metraje alargado, pero ya estamos acostumbrados. Es una película que se podía resolver en 80 minutos narrada en 100. Conocemos el cine coreano.

Sabido es desde el principio que esta historia ya se ha contado. Así que añadimos a un enemigo, una jauría de perros mejorados químicamente y controlados mediante chips, que obviamente van a fallar. Así que tenemos unos morlacos de 80 kilos de músculo y rabia repartiendo dentelladas. La gente se quejaba por el hecho de que los perros están creados con CGI. Sinceramente, no resta nada a la película y no creo que hubiera aportado nada el tener las escenas hechas con perros reales, a parte del sufrimiento de los pobres animales. Si que hemos de reconocer, que al usar tanto CGI se debe rodar todo con poca luz, para camuflar el efecto, con lo que siempre tendremos problemas para apreciar lo que ocurre en pantalla.
La adición de estas bestias me recuerda a la escena de Jurassic Park 2 donde los velociraptores van comiendo alegremente incautos en la maleza. O la batalla en el puente de El planeta de los simios. Soy un nostálgico.

Mi principal problema con esta película es en realidad la increíble suspensión de la incredulidad que se debe hacer constantemente. Ya que cada 5 minutos debes llevarte las manos a la cabeza por el ridículo que se esta haciendo. Nos encontramos con gente que corre mucho más que la inteligencia. Evitando el camino despejado al lado del puente. Siendo incapaces de usar un simple palo contra las bestias o simplemente ayudarse unos a otros en lugar de ser cazados uno a uno. Ya no mencionaremos el hecho de que los SWAT se olvidan de que tienen armas de fuego hasta que han muerto casi todos, ya que eso sería ir a lo fácil. Y en Corea no se coge nunca la opción fácil. El hecho de que los bichos cacen a la gente que hable (increíble condicionamiento, ojala se hiciera en la vida real) y nadie cierre el pico durante la película solo nos habla de que nos encontramos ante gente que no tiene aprecio por la vida. Ni propia ni ajena.

De la conspiración ridícula del gobierno, que aprueba un proyecto de creación de perros asesinos y luego se olvida de ello… mejor no hablemos. Suspensión de incredulidad, repetid conmigo. Lo pondremos junto con lo torpe del final intentando revestirlo de heroísmo después de toda una película en que nos hemos pasado la física básica por donde no sale el sol.

Resumiendo, película para pasar el rato si sois fans del cine de desastres u os gusta que os muerdan masas de músculo de 80 kilos.

La frase: «Con que facilidad cambia de bando, ¡que orgulloso me siento!»

La escena: El megaacidente inicial, me encanta ver coches chocando.

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2023