Troppa grazia (Gianni Zanasi, 2018) – 110 min. –
Cuando una película que incluye elementos de la imagineria religiosa y al terminar no te ha quedado claro si los responsables eran creyentes, ateos o agnósticos, algo falla.
El título al menos da lo que promete: “troppa grazia”, aquí traducido como “La gracia de Lucía” perdiendo un determinado matiz, proviene de una expresión italiana que se usa para señalar que se obtiene lo que se quiere pero de un modo distinto al esperado, habitualmente con sentido negativo. En efecto el argumento describe ese fenómeno, al tiempo que se queda corto en profundidad y recorrido. Vamos, un meta juego de palabras.
Lucía es una topógrafa con una vida complicada que descubre irregularidades en el terreno que debe medir para que se construya en él un centro de ocio o comercial. Este detalle es uno de los muchos que no queda muy claro y que, en lugar de añadir profundidad a la historia, lo que hace es dispersar la atención.
Al día siguiente de notar esas irregularidades sobre el papel, se le aparece la virgen y le dice que detenga a “los hombres” y le construya una iglesia en ese terreno. Lo que sigue es el relato mayormente realista de lo que haría cualquiera en esa situación y lo que sucedería de salir todo a la luz.
Digo mayormente realista porque, por un lado, tenemos el elemento mágico de las apariciones marianas que, ahora sí abora no, se muestran al espectador como una mera alucinación; por el otro, tenemos un desfile de personajes eminentemente planos y aburridos, muchos de los cuales no tienen ningún peso en el desarrollo de la historia (se lleva la palma la hija con su propio e inocuo arco argumental, seguida de cerca por el ex, que pega un salto evolutivo repentino y totalmente injustificado). Incluso la propia Lucía, con un poco más de profundidad, no presenta evolución significativa.
La película se comercializa como comedia, pero diría que esa decisión se tomó porque carece de componente trágico, algo que hasta las comedias tienen. Toca tantos palos solo por encima, sin quedarse con ninguno, que pasa por delante del espectador sin dejarle nada, pero insinuando siempre. El feminismo, el machismo, el racismo, la religión, la corrupción, la salud mental, la amistad, la idea de familia tradicional… Sacan un momento la cabeza pero no se quedan ni a tomar el café. Todo ello adornado por un ritmo lentísimo que refuerza la idea de que algo pasará tarde o temprano, pero no.
Fantásticas interpretaciones y fotografía, eso sí. A destacar el “baile” entre Lucía y la Virgen y los paisajes del terreno ondulante donde se proyecta construir “La Onda” (otro guiño que se queda en nada).
Distribuida en España por VERTIGO FILMS España
Vista en PASE DE PRENSA en Cines Renoir Floridablanca el 12 de diciembre, Barcelona.
Nota del autor:
4,0 ████ (Mediocre)
La película está en CARTELERA desde el 4 de enero de 2019.
TRAILER: