Bridge of Spies (Steven Spielberg, 2015) -141 min
La historia (basada en hechos reales) nos introduce en los años 50, en plena Guerra Fría. Donovan (Tom Hanks, Forrest Gump, 1994) es un abogado defensor dedicado el mundo de los seguros, que se ve de repente “obligado” a hacer una suerte de paripé defendiendo a un espía de la URSS recientemente detenido por los Estados Unidos. Donovan luchará por defender los derechos de presunción de inocencia (y de decencia), los cuales son para él, innegables a cualquier ser humano. Su alrededor no será tan comprensivo ni tan justo, influido por el odio y el miedo que necesariamente acompañan a una guerra.
El nuevo Filme de Spielberg cuenta con tintes clásicos tanto visual como narrativamente hablando. Su estética nos recuerda a las películas de los años dorados de Hollywood. Los claroscuros de Camino a la perdición, o las persecuciones del Tercer hombre son algunas de las imágenes a las que se remite al espectador irremediablemente.
Aparte de este elegante trabajo fotográfico funciona complementariamente un trabajo de arte más que respetable, conjugando una ambientación que consigue introducirnos en la tétrica atmósfera de la guerra, con planos tan hermosos como escalofriantes.
Por otro lado, nos encontramos un guion sin trampas ni agujeros (un drama con toque humorísticos) y unas interpretaciones más que decentes. Tom Hanks está verdaderamente espléndido. Podría decirse que hace de nuevo su típico papel de “buenazo”, pero al que es imposible no dar credibilidad. Este actor consigue provocar en los espectadores una especie de ternura, de dulzura, que a mí personalmente me conmueve. Mark Ryalance (Intimidad, 2001), el espía ruso capturado, está también de sobresaliente.
Lo único que rechina es esa pequeña dosis de patriotismo norteamericano del cual dicho cine no parece poder desprenderse salvo en contadas ocasiones. De manera más o menos sutil los estadounidenses se proclaman una vez más como los “buenos” o víctimas de esta guerra, colocando a los rusos como los claros antagonistas. Si bien se difumina esta intención con el personaje protagonista, de raíces irlandesas y con valores que confrontan con los del país para el que trabaja, no acaba por ser suficiente para convencernos de estar ante una mirada objetiva o autocrítica de los hechos.
En definitiva, un filme que si bien no formará parte de las listas de películas imprescindibles, bien merece de pagar una entrada por verla en una sala de cine. Una película de esas de corte clásico que busca ante todo aquello en lo que se centra el cine norteamericano: entretener.
Distribuida en España por FOX.
Vista en PASE DE PRENSA en Cinesa Proyecciones el 18 de noviembre, Madrid.
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
Película en CARTELERA a partir del 4 de diciembre de 2015.
TRÁILER:
COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE
El rey Midas del cine vuelve a la gran pantalla
«Steven Spielberg vuelve a deleitarnos con su dosis de candidatura a los premios de la academia con uno de sus actores favoritos, Tom Hanks. En este nuevo largometraje podemos apreciar tanto cosas buenas como cosas malas, de modo que dividiré la crística en esos dos sectores.
Parte buena: No voy a decir que ha vuelto el mejor Spielberg porque nunca se fue y menos ahora que se nota que ha sido influidos para este film por otros grandes como son Clint Eastwood y Stanley Kubrick (al cual hace una referencia directa en pantalla). Tom Hanks sigue tan impecable como siempre y esta vez, como es poco habitual, ha sido ayudado para brillar nuevamente con los inmejorables diálogos de los hermanos Coen. Recordad que ya trabajaron juntos en “Lady Killers” aunque no se vieron del todo compaginados entre ellos. La dirección de fotografía en absolutamente brillante y muy mal se le tiene que dar al veterano Janusz Kaminski para no conseguir de nuevo su premio Oscar. Y en cuanto a la historia y al resto de actores y equipo técnico solamente me queda por decir “bravo”.
Parte mala: No es realmente la parte mala de la película, pero la he definido así porque es la que menos me ha gustado personalmente. Spilberg comienza su nueva película intentandonos dar una idea de que ha dejado de lado su pasión por las americanadas bélicas de los Estados Unidos mostrándonos escenas que hace que el espectador piense que los que fueron realmente malos en la Guerra Fría fueron los americanos y no los soviéticos. Pero como un niño gordito, que aguanta la respiración para gustarle a la niña de sus sueños, se acaba ahogando y se muestra tal y como es. Por supuesto me refiero a que conforme la película avanza se va notando mucho más la inclinación patriota de nuestro querido director. Pero como ya he dicho, esto no es malo, en absoluto, es simplemente una opinión personal.
Por el esfuerzo y el trabajo que ha logrado con éxito esta película, mi nota es: 7,5«.