Título original: Love is strange
País: EEUU
Duración: 94 min.
Director: Ira Sachs
Guión: Ira Sachs, Mauricio Zacharias
Música: Música clásica (pianista İdil Biret)
“[…] “Háganse un favor a ustedes mismos y vayan a verla” […] Si el cine consiste en provocar emociones en el espectador, El amor es extraño lo es con mayúsculas […]»
Llevo días dándole vueltas a cómo enfocar esta crítica y no acabo de encontrar el modo. Si fuera justo, simplemente escribiría “Háganse un favor a ustedes mismos y vayan a verla”, y lo dejaría allí. Solamente así podría no estropearles esa experiencia que supone ir a ver El amor es extraño (Ira Sachs, 2014). Pero me veo en la necesidad de, por lo menos, hacer algunas reflexiones al respecto.
Si les tengo que hablar del argumento, les diré que se trata de la historia de Ben (John Lithgow, Interstellar, 2014) y George (Alfred Molina, Spider-Man 2, 2004), una pareja ya mayor que decide casarse después de 39 años de noviazgo. Ello provoca que despidan a George de la escuela católica en la que enseña música y se vean obligados a tener que vivir en casas distintas, uno con un familiar suyo y el otro con unos amigos.
Puede que ustedes conozcan a alguna pareja así, de las que llevan toda la vida juntas, que se quieren con ternura y que no pueden estar el uno sin el otro. Quizás sus abuelos mismos, o sus padres, sean parecidos a George y Ben. Imagínese lo que supondría que de repente se tuviesen que separar. Eso es El amor es extraño.
Leo en la ficha del pase que es una comedia dramática; incluso el cartel lleva una frase extraída del New York Times que la califica como divertida. No se lleven a engaño, no tiene absolutamente nada de eso. Es una de las películas más duras que he visto en mucho tiempo en la cartelera.
Cada minuto de pantalla que comparten los protagonistas es una horrible mezcla de ternura empapada en tristeza que por momentos se hace difícil de aguantar. Viéndoles entiendes que se amen así, y no puedes evitar quererles tú también, y sentir una pena muy honda por la situación que están pasando.
Y te preguntas a ti mismo, ¿Es más duro ver a un desamparado Jon Lithgow o a un Alfred Molina consciente de lo mal que lo está pasando su pareja sin él?
¿Cómo han conseguido los guionistas Ira Sachs y Mauricio Zacharias (que ya escribieron juntos Keep the lights on en 2012) llenar de tanta emotividad una historia tan normal? Ni siquiera la han llevado al extremo: no se están muriendo, ni se han quedado en la calle, y de vez en cuando se van viendo.
Supongo que la respuesta es que han logrado crear unos personajes tan reales que podrían ser familiares o conocidos de cualquier espectador. Y que su modo de quererse debería ser el único al que se permitiera llamar amor, porque lo es por derecho. Sinceramente, hecho la vista atrás y solo se me ocurre compararla en ese aspecto con Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995).
Lithgow y Molina son una bendición sin la cual esto no hubiese sido lo mismo. De hecho, ni se les ve en pantalla; solo están Ben y George. Marisa Tomei (El luchador, Darren Aronofsky, 2009) siempre brilla, aunque esta vez le toque hacerlo a la sombra de dos colosos. El resto del reparto nunca desentona, y eso ya es mucho viendo quién tienen al lado.
Destacan también las deliciosas melodías de piano que nos acompañan durante los 100 minutos y la enorme cantidad de metáforas visuales que vamos encontrando en el camino, destinadas a sumar al conjunto sin que resulten pretenciosas en ningún momento; fíjense en la imagen de Lithgow bajando al metro y entenderán la delicadeza con la que se han tratado.
Si el cine consiste en provocar emociones en el espectador, El amor es extraño lo es con mayúsculas. Y no se dejen engañar por el título, lo extraño es que todos los amores no sean como el de Ben y George.
Distribuida en España por GOLEM
Vista en PASE DE PRENSA en CINES BOLICHE el 31 de Octubre de 2014, Barcelona.
9,0 █████████ (Excelente)
Película en CARTELERA a partir del 7 de Noviembre de 2014.
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