Título alternativo: Tráiganme la cabeza de Alfredo García (México)
La acción tiene lugar en la franja fronteriza de Méjico con EEUU, a lo largo de varios meses de 1974. El terrateniente y ranchero mejicano apodado “El Jefe” (Fernández), al enterarse de que su hija adolescente Teresa (Maldonado) está embarazada, pide que le lleven la cabeza de Alfredo García, un antiguo colaborador de confianza que ha violado a la hija. Ofrece una recompensa de 1 M de pesos. Se interesan por ella dos cazadores de recompensas norteamericanos, llamados Quill (Young) y Sappensly (Webber). Por su cuenta hace averiguaciones Bennie (Oates), pianista y copropietario de una cantina, amante de Elita Vega Durazno (Vega), prostituta y antigua novia de Alfredo García Herrera «Moreno».
El film es posiblemente el más brutal y feroz de Peckinpah, dominado entonces por el alcohol, la melancolía, la soledad y la desesperación. Warren Oates («En el calor de la noche«, 1967) representa en la pantalla el “alter ego” del realizador, que compone uno de sus autorretratos más sinceros. Es el film más personal y más auténtico de su filmografía (14 largos) y el que se alza con sus preferencias.
Es una película de carretera (“road movie”), que desarrolla la acción como un largo viaje en coche desde la ciudad de Méjico, en cuyos alrededores se sitúa la hacienda de “El Jefe”, a la periferia norte del país. Tiene formato de odisea, sazonada de incidentes imprevistos, situaciones atroces, problemas sociales estremecedores y una descarnada y sangrienta violencia.
En el contexto de este mundo desolador, explora la figura mítica del perdedor y trata el tema del aprendizaje, en este caso el de soportar el fracaso y la decepción, en coherencia con el ambiente general del país tras la finalización de la Guerra de Vietnam. Rinde homenaje a “El tesoro de Sierra Madre” (Huston, 1948), en el que se inspira y del que toma algunos elementos argumentales, la definición de ciertos personajes y componentes adicionales (Fred C. Dobbs, el nombre del personaje que encarna Bogart y aquí se atribuye el mafioso Quill).
La banda sonora, de Jerry Fielding (“Grupo salvaje”, Peckinpah, 1969), compone una partitura breve de melodías que evocan la música folclórica mejicana y las músicas del s. XX. Añade fragmentos de “Guantanamera”, “Cielito lindo” y otras canciones tradicionales y de 4 canciones notables: “Bennie’s Song”, “A donde ir”, “Bad Blood Baby” (voz de Peckinpah) y «J. F.«. La fotografía, de Alex Phillips (“Robinson Crusoe”, Buñuel, 1954), ofrece imágenes que acompañan y subrayan el carácter sucio, áspero y violento del film. Es notable la imagen fija que precede a los créditos finales, que recuerda una de las memorables de “Asalto y robo de un tren” (Porter, 1903), film al que de ese modo rinde un claro, cálido y entusiasta homenaje de admiración y simpatía.Bibliografía – Hilario J. RODRÍGUEZ, “Quiero la cabeza …”, Notorious ed., 32 pág., libreto del DVD, Madrid 2009. – Roger EBERT, “Quiero la …”, ‘Grandes películas 2’, pág. 305-308, Robinbook ed., Barcelona 2006. – Kim NEWMAN, “Quiero la …”, ‘1.001 películas que hay que ver antes de morir’, pág. 595, Grijalbo ed., Barcelona 2006.
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Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
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