Título original: The Ape
País: Estados Unidos
Primera proyección: EEUU, 18 Jun. 2005 (Los Angeles Film Festival)
Duración: 88 min.
Director:
James Franco

Guión: James Franco, Merriwether Williams

Los delirios de James Franco («Good Time Max«, 2007) haciendo sus primeros pinitos en la dirección, puestos en escena de la mano de un supuesto simio en esta extraña, absurda y a la vez entretenida comedia independiente rodada con escasos medios materiales y económicos, que trata sobre Harry Walker, un joven escritor frustrado encarnado por el propio James Franco que, desesperado por la total ausencia de paz en su hogar para encontrar la inspiración necesaria para poder escribir, decide marcharse temporalmente a un apartamento de alquiler que le permita aislarse de cualquier tipo de alboroto o compañía no deseada. Una vez instalado allí y ya lejos de su mujer e hijo, se encuentra con una surrealista sorpresa: no es el único inquilino del apartamento, pues en el habitáculo también reside un simio que cuenta con la fantástica capacidad no sólo de hablar, si no de comportarse como cualquier ser humano.

El aspecto del fingido simio dista mucho de una cuidada recreación, presentándose el mismo como un tipo cualquiera que se ha enfundado el traje a las órdenes del director de la cinta, hecho que más que un descuido delata la absoluta indiferencia de James Franco respecto a lo dicho. El director quiere que nosotros veamos a un mono y, aunque su aspecto sea indigerible, el espectador no es tonto y sabe lo que se intenta transmitir. A vueltas con los primates, comentar que entre escenas aparecen los mismos y auténticos monos que hacen presencia en los créditos iniciales de la película, que sirven para acompañar algunas frases célebres del mítico novelista ruso, Fiódor Dostoievski, personalidad de la que se sirve el argumento para explicar algunas de sus escenas. La presencia de Dostoievski es tan fuerte que incluso el personaje protagonista, Harry Walker, lleva consigo a su apartamento un portentoso retrato del escritor, estando el rostro del cuadro presente en multitud de escenas de la película.

 

Al ser esta una cinta de cine independiente, debemos comprender no sólo las grandes limitaciones a las que se debe enfrentar el equipo para su producción -tales como todos los medios materiales y económicos con los que debe contar- sino también el papel que este tipo de cine desempeña en lo que respecta a la experimentación de nuevas formas de hacer películas, siendo fundamental el papel creativo del director de las mismas. En este caso, James Franco apunta maneras y no en vano el filme le ha servido de base para seguir dirigiendo sin tener que dejar de lado una gran calidad como actor que seguro nos deparará sorpresas, pues considero que hasta el momento (fecha del estreno de esta película) y salvo excepciones, ha sido injustamente tratado, siendo relegado a papeles secundarios (como en «Spiderman» [2002], por ejemplo) o como mucho dándole el máximo protagonismo en películas de categoría menor.

Con todo esto decir que la comedia que aquí se da cita, no es una gran película, pero sí es interesante. Apunta maneras pero el globo que se infla en los minutos principales acaba explotando no demasiado tarde, quedando todo en una serie de escenas que intentan unirse de alguna manera sin éxito, pues al final todo el conjunto se resume en una cinta bastante irregular y meramente pasable que tiene como aliciente la buena interpretación de James Franco. También se pueden rescatar muchos momentos con cierta gracia protagonizados por el simio, que acaba convirtiéndose en la voz de la conciencia del protagonista siendo sus remedios no demasiado gratificantes. Se agradecen, además, las escenas rodadas en la oficina en la que trabaja el personaje principal, Harry Walker, en las que se pone a prueba la paciencia del protagonista mediante los personajes que van apareciendo (compañeros, jefa estricta y amargada, etc.). La trama, de “escritor bloqueado que busca un lugar de evasión para poder inspirarse para escribir y una vez instalado, al ver que no lo logra, encuentra a un amigo para hablar” me recuerda a la de «Barton Fink«, dirigida en el 1991 por dos de las personas más cercanas al cine independiente y/o de autor, los hermanos Joel y Ethan Coen.

Una vez vista, saquen ustedes sus propias conclusiones. Quizá éstas, más que cinematográficas, puedan ser metafóricas, pues de entre toda la maraña “guionesca” de James Franco y Merriwether Williams (que cae en lo convencional), se puede sacar un mensaje que parece ser un grito a la paz, a las ganas de encontrar tranquilidad para poder inspirarse, si no para escribir, para vivir mejor.

Nota del autor:
5,0 █████ (Pasable)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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